OPINIÓN
Primero de mayo ¿Contra quién nos manifestamos ahora?
30/04/2009
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Ante la inminencia del 1º de Mayo, conocido desde siempre como “El día del Trabajo”, se me ocurre hacerme la pregunta del enunciado.
Desde que tengo uso de razón, he conocido de un modo u otro, celebrar este día como un homenaje al TRABAJADOR.
En los primeros años de la posguerra, se solían celebrar en Madrid, encuentros del mundo del sindicalismo vertical, para mayor gloría y agradecimiento a nuestro” insigne Caudillo”, por el bien estar que nos había traído, y recuerdo especialmente la celebración realizada en 1964, con motivo de los 25 AÑOS DE PAZ.
Más tarde, empezó a ser el día de las reivindicaciones sindicales, y los partidos políticos entonces minoritarios o casi marginales, (como el PSOE y el Partido Comunista, así como toda la sopa de letras que entonces adornaban las paredes de nuestras calles) , aprovechaban la ocasión, a través de sus correas de transmisión sindicales, tanto la UGT, como Comisiones Obreras,( y los mil mini- sindicatos que empezaban a proliferar), para hacerse notar en los parques y calles o estadios españoles, enfrentando al mundo obrero con sus propias empresas, en una labor de desgaste increíblemente demagógica, pero que les reportaban los malsanos pero útiles votos de la envidia.
Los Sindicatos, eran autenticas escuelas del odio o aversión a todo lo que significara creación de riqueza empresa, y puestos de trabajo.
Poco importaba lo bien gestionadas que estuvieran las empresas, y lo equitativos y justos que fuesen los empresarios.
Lo fundamental, era destruir la imagen del empresariado, y socavar los cimientos de una sociedad industrial en pleno desarrollo.
Siempre fui asalariado, pero tuve la suerte de trabajar en una empresa ejemplar, y ni siquiera esa ejemplaridad, un nivel salarial infinitamente mejor que el de ahora, y unas facilidades sociales impropias de su tiempo, impidieron que la presión sindical, en plena crisis de los finales de los setenta y principios de los ochenta, acabara arruinándola, y haciéndola quebrar, dejando el paro a sus 1200 trabajadores, por puros criterios de una sucia política, que nunca quise ni pude entender.
Hoy, parece que vivimos en un mundo distinto.
Quedan pocas empresas que destruir, después de haber acabado con la inmensa mayoría de ellas.
La mayor empresa de España, con una diferencia abrumadora, es “Papá Estado”, que se encarga de proteger y contentar a muchos millones de “funcionarios”, en todas las administraciones estatales, con unos contratos “blindados” que les permiten ser todo lo responsables o irresponsables que ellos mismos quieran ser, ya que es técnicamente imposible poder prescindir de ellos o despedirles.
Los criterios de gestión de esas administraciones, no se rigen por ningunos principios de sensatez y productividad, sino de nepotismo político o afinidad de ideas.
Y claro.¿como no van a estar contentos esos millones de votantes, que viven en ese país de “jauja”?
Cuando mas de cuatro millones de españoles, están “desactivados”, y en el paro, se han quedado sin su salarios, y tiemblan a ver que al paso que se desarrollan los acontecimientos en unos meses van a empezar a quedarse sin cobrar ni siquiera el subsidio de desempleo, esa “nueva clase”, ve aumentados sus salarios por el Gobierno, en un porcentaje muy importante, en un periodo de deflación, es decir de baja de los precios de los artículos de consumo.
Aquellos Sindicatos, que en épocas de bonanza económica, se enfrentaban tan encarnizadamente con los Gobiernos de UCD e incluso del PP y de Felipe Gonzalez, en defensa de lo que ellos llamaban la “lucha de clases”, se han convertido también en un “grupo funcionarial”, que ha visto multiplicadas sus subvenciones, para el mejor uso y disfrute de sus gestores.
El Gobierno, les utiliza a ellos, y ellos viven en su “jaula de oro”, sin dar un palo al agua, tratando de convencer todos los días a sus afiliados, de lo mucho que se preocupan ZP y sus muchachos por los “derechos sociales del trabajador”, y nadie es capaz de enfrentarse a ellos, explicándoles a los millones de españoles que están siendo irremisiblemente condenados al “paro”, que el mejor beneficio social, para un trabajador, es tener un puesto de trabajo, y no tener que depender de la benevolencia de quienes les tienen comprados ”por el plato de lentejas” que acabaran por no poder darles en unos meses, de seguir las cosas así.
Me pregunto yo, donde estarán mañana, 1º de mayo de 2009, esos millones de trabajadores parados y desesperados, esos miles de autónomos en borde de la quiebra, esos millones de jubilados que ven peligrar sus pensiones por la mala gestión de un Gobierno incapaz de administrar y gobernar con la sensatez necesaria.
¿Quizás debamos prepararnos para una “lucha de clases” absolutamente diferente a la que preconizaban las centrales sindicales en la segunda mitad del siglo XX?
Entonces enfrentaron al empresario (empleador) con el obrero (empleado).
Ahora ellos son el escudo protector del Estado (representado por el Gobierno empleador) frente a los desprotegidos de ese Gobierno, que ha conseguido destruir con su nefasta política, paulatinamente, todo el entramado industrial creador de riqueza.
En su insensatez, no se han querido dar cuenta, de que si no hay empresas que coticen y creen riqueza y ofrezcan puestos de trabajo, poco a poco nos comeremos la riqueza que tardamos cincuenta años en consolidar, y una vez sumidos en la miseria, ni habrá subsidio de desempleo, ni paro, ni pensiones, ni siquiera dinero para pagarles a esos millones de funcionarios, que serán ya innecesarios, al no tener nada que administrar.
Es decir, una sociedad sumida en la miseria, “gracias “a los “beneficios sociales” prometidos por este “charlatán” de mercadillo de pueblo, que con sus mentiras y su sonrisa conmovedora, ha seducido a los mas tontos, para que le voten.
Zapatero y sus “ad lateres”, son expertos en matemáticas electorales, y saben que disponen del “voto cautivo” de los funcionarios,( a los que tratan con guantes de seda), de los subsidiados del PER andaluz y extremeño, de los marginales de todo tipo, a quienes les han ido haciendo leyes a su medida para tenerles contentos, y del inmenso cuerpo de los” socialistas de toda la vida”, y de los “recién llegados” al amparo de los cargos políticos que se les han facilitado, y con todo eso, es difícil perder unas elecciones, ya que si necesitaran algo más siempre podrán comprar las voluntades de los nacionalistas-independentistas, de todo el mapa autonómico, que como España les importa “un pimiento” se venden siempre.
Lo que nunca han pensado, (al menos así lo creo yo), es de donde van a sacar los recursos para alimentar a toda esa gente, cuando ya no quede nada de la herencia que recibieron.
Por eso, me pregunto yo, si no será el momento de empezar a pensar en unos Sindicatos o Asociaciones Profesionales distintas, que sin tener que alimentarse de los Presupuestos Generales del Estado, supieran y pudieran defendernos a todos los trabajadores, autónomos, pequeños empresarios, jubilados y gente honrada que aún queda en este país, de los” trapicheos, mentiras, burlas y atrocidades” a las que nos tiene sometidos una estructura política tan innoble como incapaz.
Desde que tengo uso de razón, he conocido de un modo u otro, celebrar este día como un homenaje al TRABAJADOR.
En los primeros años de la posguerra, se solían celebrar en Madrid, encuentros del mundo del sindicalismo vertical, para mayor gloría y agradecimiento a nuestro” insigne Caudillo”, por el bien estar que nos había traído, y recuerdo especialmente la celebración realizada en 1964, con motivo de los 25 AÑOS DE PAZ.
Más tarde, empezó a ser el día de las reivindicaciones sindicales, y los partidos políticos entonces minoritarios o casi marginales, (como el PSOE y el Partido Comunista, así como toda la sopa de letras que entonces adornaban las paredes de nuestras calles) , aprovechaban la ocasión, a través de sus correas de transmisión sindicales, tanto la UGT, como Comisiones Obreras,( y los mil mini- sindicatos que empezaban a proliferar), para hacerse notar en los parques y calles o estadios españoles, enfrentando al mundo obrero con sus propias empresas, en una labor de desgaste increíblemente demagógica, pero que les reportaban los malsanos pero útiles votos de la envidia.
Los Sindicatos, eran autenticas escuelas del odio o aversión a todo lo que significara creación de riqueza empresa, y puestos de trabajo.
Poco importaba lo bien gestionadas que estuvieran las empresas, y lo equitativos y justos que fuesen los empresarios.
Lo fundamental, era destruir la imagen del empresariado, y socavar los cimientos de una sociedad industrial en pleno desarrollo.
Siempre fui asalariado, pero tuve la suerte de trabajar en una empresa ejemplar, y ni siquiera esa ejemplaridad, un nivel salarial infinitamente mejor que el de ahora, y unas facilidades sociales impropias de su tiempo, impidieron que la presión sindical, en plena crisis de los finales de los setenta y principios de los ochenta, acabara arruinándola, y haciéndola quebrar, dejando el paro a sus 1200 trabajadores, por puros criterios de una sucia política, que nunca quise ni pude entender.
Hoy, parece que vivimos en un mundo distinto.
Quedan pocas empresas que destruir, después de haber acabado con la inmensa mayoría de ellas.
La mayor empresa de España, con una diferencia abrumadora, es “Papá Estado”, que se encarga de proteger y contentar a muchos millones de “funcionarios”, en todas las administraciones estatales, con unos contratos “blindados” que les permiten ser todo lo responsables o irresponsables que ellos mismos quieran ser, ya que es técnicamente imposible poder prescindir de ellos o despedirles.
Los criterios de gestión de esas administraciones, no se rigen por ningunos principios de sensatez y productividad, sino de nepotismo político o afinidad de ideas.
Y claro.¿como no van a estar contentos esos millones de votantes, que viven en ese país de “jauja”?
Cuando mas de cuatro millones de españoles, están “desactivados”, y en el paro, se han quedado sin su salarios, y tiemblan a ver que al paso que se desarrollan los acontecimientos en unos meses van a empezar a quedarse sin cobrar ni siquiera el subsidio de desempleo, esa “nueva clase”, ve aumentados sus salarios por el Gobierno, en un porcentaje muy importante, en un periodo de deflación, es decir de baja de los precios de los artículos de consumo.
Aquellos Sindicatos, que en épocas de bonanza económica, se enfrentaban tan encarnizadamente con los Gobiernos de UCD e incluso del PP y de Felipe Gonzalez, en defensa de lo que ellos llamaban la “lucha de clases”, se han convertido también en un “grupo funcionarial”, que ha visto multiplicadas sus subvenciones, para el mejor uso y disfrute de sus gestores.
El Gobierno, les utiliza a ellos, y ellos viven en su “jaula de oro”, sin dar un palo al agua, tratando de convencer todos los días a sus afiliados, de lo mucho que se preocupan ZP y sus muchachos por los “derechos sociales del trabajador”, y nadie es capaz de enfrentarse a ellos, explicándoles a los millones de españoles que están siendo irremisiblemente condenados al “paro”, que el mejor beneficio social, para un trabajador, es tener un puesto de trabajo, y no tener que depender de la benevolencia de quienes les tienen comprados ”por el plato de lentejas” que acabaran por no poder darles en unos meses, de seguir las cosas así.
Me pregunto yo, donde estarán mañana, 1º de mayo de 2009, esos millones de trabajadores parados y desesperados, esos miles de autónomos en borde de la quiebra, esos millones de jubilados que ven peligrar sus pensiones por la mala gestión de un Gobierno incapaz de administrar y gobernar con la sensatez necesaria.
¿Quizás debamos prepararnos para una “lucha de clases” absolutamente diferente a la que preconizaban las centrales sindicales en la segunda mitad del siglo XX?
Entonces enfrentaron al empresario (empleador) con el obrero (empleado).
Ahora ellos son el escudo protector del Estado (representado por el Gobierno empleador) frente a los desprotegidos de ese Gobierno, que ha conseguido destruir con su nefasta política, paulatinamente, todo el entramado industrial creador de riqueza.
En su insensatez, no se han querido dar cuenta, de que si no hay empresas que coticen y creen riqueza y ofrezcan puestos de trabajo, poco a poco nos comeremos la riqueza que tardamos cincuenta años en consolidar, y una vez sumidos en la miseria, ni habrá subsidio de desempleo, ni paro, ni pensiones, ni siquiera dinero para pagarles a esos millones de funcionarios, que serán ya innecesarios, al no tener nada que administrar.
Es decir, una sociedad sumida en la miseria, “gracias “a los “beneficios sociales” prometidos por este “charlatán” de mercadillo de pueblo, que con sus mentiras y su sonrisa conmovedora, ha seducido a los mas tontos, para que le voten.
Zapatero y sus “ad lateres”, son expertos en matemáticas electorales, y saben que disponen del “voto cautivo” de los funcionarios,( a los que tratan con guantes de seda), de los subsidiados del PER andaluz y extremeño, de los marginales de todo tipo, a quienes les han ido haciendo leyes a su medida para tenerles contentos, y del inmenso cuerpo de los” socialistas de toda la vida”, y de los “recién llegados” al amparo de los cargos políticos que se les han facilitado, y con todo eso, es difícil perder unas elecciones, ya que si necesitaran algo más siempre podrán comprar las voluntades de los nacionalistas-independentistas, de todo el mapa autonómico, que como España les importa “un pimiento” se venden siempre.
Lo que nunca han pensado, (al menos así lo creo yo), es de donde van a sacar los recursos para alimentar a toda esa gente, cuando ya no quede nada de la herencia que recibieron.
Por eso, me pregunto yo, si no será el momento de empezar a pensar en unos Sindicatos o Asociaciones Profesionales distintas, que sin tener que alimentarse de los Presupuestos Generales del Estado, supieran y pudieran defendernos a todos los trabajadores, autónomos, pequeños empresarios, jubilados y gente honrada que aún queda en este país, de los” trapicheos, mentiras, burlas y atrocidades” a las que nos tiene sometidos una estructura política tan innoble como incapaz.
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Totalmente de acuerdo con el articulo.Soy un asalariado con 54 años de edad y siempre he pensado que los sindicatos son una lacra en esta sociedad.Todos los que conocido han sido los mas vagos,problematicos,folloneros,e insolidarios con los que he trabajado.Podria contarte muchos casos pero no hay espacio. Autenticos Parasitos,,