El periodo preelectoral y los sondeos de opinión

Llegada esta época, normalmente nos suelen acribillar a encuestas, pero nunca  me había ocurrido una experiencia como la vivida en las últimas semanas.

Y se ha repetido hasta  tres veces.

Te llaman, te preguntan si serias tan amable de responder a un cuestionario, les respondes afirmativamente, y al final se inicia la encuesta con toda naturalidad.

Te preguntan la edad, se la contestas, empiezan a preguntarte por candidatos de ámbito local, autonómico o nacional, les das tu nivel de conocimientos de  cada uno de ellos, y a continuación te piden las valoraciones para conocer tus inclinaciones electorales, y cuando ya llevas contestando a estas valoraciones un momento, una sutil voz femenina, te dice que lo siente mucho, pero no entras en el perfil del encuestado que buscan, y te deja con la palabra en la boca.

Al llamarme por cuarta vez, sonrío y le digo a la señorita que quería entrevistarme, si ya sabe el perfil del encuestado que buscan en su sondeo, y me dice que si. Que no hay perfil, y que solo piden valoraciones y de todo el mundo, por lo  que accedí, y me encontré con una joven catalana, educadísima que me tuvo veinte minutos acribillándome a preguntas de todo tipo contestándole con valoraciones de lo divino y de lo humano, y a veces entre valoración y valoración había comentarios adicionales intrascendentes, sobre el tema que nos ocupaba.

Para mi, esta fue una encuesta aséptica, las demás una tomadura de pelo.

Al acabar, le pregunté por curiosidad, quien les había encargado el sondeo de opinión, y me aseguró que ni ella misma lo sabia. Era del ámbito territorial de la COMUNIDAD Valenciana, pero no sabía quien la había pagado, así que fuera quien fuera me hubiese encantado saberlo para votarle.

Lo que si tengo claro, es quien había encargado las otras, porque en cuanto les manifesté mi intención de voto supieron que no era el perfil que les interesaba, es decir que si yo mostré mis simpatías por uno de los dos partidos mayoritarios, el que pagaba el sondeo era el otro.

Llegué a la conclusión de que  los sondeos de opinión, no sirven para nada. Las empresas que los realizan saben lo que quiere oír el que paga, y naturalmente solo tabulan hasta cierto limite los resultados desfavorables. A partir de ahí, ya no caben mas, pues no van a decirle a quien les financia, que van a perder, pues de ser así probablemente, ya no les encargarían más.

Y no me extrañaría en absoluto, que hasta el CIS, realizase este tipo de “pre-cocinado” de datos en este sentido, para complacer a quienes les han situado en esa situación pseudos-funcionarial, por lo que esperaré al día siguiente de las elecciones, para saber la realidad de este mundo electoral.

Entre tanto, no me voy a dejar influenciar por ninguna opinión, pues me temo que están intentando engañarnos, haciéndonos pagar a todos unas encuestas y sondeos de opinión, que solo sirven para la autocomplacencia de los políticos  e influyendo mucho en el sentido de los indecisos, inclinándoles a votar a “caballo ganador” ,como viene siendo habitual, en vez de dejar el voto al libre albedrío del votante, sin manipulaciones externas, en función de cómo hayan gobernado unos y ejercido la oposición los otros.

Lamentable…pero cierto

Miguel Bataller Piera