El País Vasco y la Democracia
Pero a la vez que delicado, lo veo tan claro, tan transparente, tan evidente que me llega a parecer inmoral la poca publicidad que se le da en los medios de difusión a un problema tan trascendental para la sana convivencia entre todos los españoles.
Acabamos de pasar unas elecciones municipales en toda España, y en todos los rincones de nuestro nación se han vivido con paz, con tranquilidad, con armonía y sin apenas incidencias, y todo el mundo ha podido manifestarse con libertad y votar de acuerdo con sus convicciones.
La única excepción la ha constituido ese pedazo de nuestra España, que al precio que sea y con los medios que necesiten unos cuantos miles de delincuentes, en nombre de la libertad y de la democracia no han permitido que se votara con la misma armonía que en el resto de nuestra nación, y encima aún se presentan ellos ante la opinión pública como los ofendidos y discriminados.
Ni saben convivir ni entienden lo que significa la palabra “Libertad” ni permitirán nunca un juego “democrático” limpio y efectivo, porque dentro de esos parámetros son un grupúsculo tan insignificante que ya procurarán que no se den nunca las condiciones mínimas para poder votar en las Vascongadas con la paz, la libertad y la ecuanimidad que requeriría una Democracia en mayúsculas.
Los nacionalistas vascos (el PNV) les hicieron demasiadas concesiones y ellos crecieron como una bestia descontrolada.
El PSOE vasco, en vista del rédito electoral que sacaba el PNV a su política de concesiones a los abertzales, quisieron ir aún a más y ahora se dan cuenta de la gravedad de sus decisiones y del mal que le han hecho sobre todo a sus conciudadanos y también a todo el Estado Español.
Pero claro, ahora el daño ya está irreparablemente cometido.
Y el miedo, el terror, el imperio del crimen y de la cobardía ha llegado a su máxima expresión cuando después de las elecciones, en bastantes Ayuntamientos vascos, los cargos electos no han podido ir a tomar posesión ante las aterradoras muestras de presión a que les han sometido los miembros de ANV, o lo que es lo mismo, la misma Batasuna.
Han sido muchos los concejales electos de las Vascongadas que no se han presentado a hacerse cargo de su escaño por miedo tanto del PNV como del PSOE y eso dice muy poco a favor de la seudo democracia que gobierna el Partido Nacionalista Vasco. Ahora sale Jon José Imaz llamando mentirosos a los etarras, como si ser mentiroso fuese su mayor delito.
No, queridos amigos, ni los del PNV ni los del PSOE podéis llamarles mentirosos a ellos porque vosotros habéis mentido tanto o más que ellos.
Ellos son asesinos, terroristas, nada demócratas, pero muy trasparentes.
Vosotros sois otra cosa.
A vosotros se os puede tildar de egoístas, inconstitucionales, aprovechados y manipuladores, y estáis pagando las consecuencias de todo ello.
Durante muchos años les habéis seguido su juego y ellos os han tenido al margen de sus agresiones y asesinatos, pero ahora me temo que también “pintan bastos para vosotros”, y claro os sentís en peligro y por vez primera en mucho tiempo os permitís criticar sus actitudes.
Lo siento, pero la “bestia” se escapó de vuestro control y os amenaza.
La democracia y las elecciones libres en el País Vasco son una utopía, y por si ello fuese poco, vais a tener que entregarles anualmente alrededor de 300 millones de euros en pago de dinero estatal a los cargos electos de ANV, que servirán para que sigan extorsionando, cuando no asesinando, a los vascos que sigan residiendo en las Vascongadas y no piensen como ellos… y como vosotros habéis pensado hasta ahora.
¡Que pena!
Pero tenéis lo que os habéis buscado vosotros mismos.
A ver cómo desenredáis la madeja en la que os habéis visto envueltos por vuestros propios errores y sobre todo por vuestro egoísmo político.
Los terroristas han sido, son y serán siempre la negación de la libertad y de la democracia, y les llaméis vosotros como queráis llamarles, nunca dejarán de ser lo que son ni dejarán de perseguir los objetivos que persiguen, así que no os llaméis a engaño y entonad un “mea culpa” y a ver si entre todos llegamos al objetivo común, acabar con ellos venciéndoles, ya que a ellos no hay forma de convencerles.
El mejor etarra es el etarra encarcelado, y si luego quiere morir de hambre, alabado sea el Señor.
No les matemos, no les hagamos mártires, pero tampoco nos dejemos chantajear por ellos. La humanidad no pierde nada si alguno de ellos desaparece por voluntad propia, y sin embargo han sido miles de personas buenas, honestas, discretas y trabajadoras las que han muerto asesinadas por ellos, y de esas víctimas ignoradas, apenas os acordáis… si no es para tacharlas de cómplices de la derecha.
Y a eso no hay derecho.
Estuve pensando en declararme en huelga de hambre para no pagar los impuestos estatales y he desistido porque seguramente a mí sí me hubiesen dejado morir de hambre sin ningún a vacilación estos gobernantes tan peculiares que tenemos.