Matar el humor
Pese a mi empeño en no repetirme, por esta vez me van a permitir que reincida parcialmente en criticar la misma idea que la semana pasada.
La semana pasada lo hice con argumentos socio-económicos.
Esta semana lleno de tristeza, porque esas criaturas nacidas y educadas para el odio, la venganza y el asesinato de una tacada se han encargado de asesinar a veinte personas.
Las últimas han sido como efecto secundario en su huida.
Las doce primeras fueron objetivos predeterminados y miembros todos ellos de la redacción de una revista humorista francesa “Charly Hebdo”.
Siempre he oído en mi vida que quien no es capaz de aceptar una crítica, muere amargado, porque es imposible gustar a todo el mundo.
Es cierto que las críticas a las creencias religiosas, abren a veces heridas más difíciles de cicatrizar, porque no afectan a una sola persona sino a un conglomerado muy importante y en esos casos siempre habrá cerebros pensantes, que tratarán de utilizar a la indómita juventud que manipulan, para vengar una ofensa.
Si la religión a la que se ataca se basa en la caridad, el perdón y la comprensión se trata de ignorar o minimizar la crítica, usando los argumentos más válidos para contrarrestarla.
Si es una creencia exclusivista, en la que, el que no está conmigo está contra mi aparecen el odio, el rencor y la venganza como únicas medidas de réplica.
Me viene a la memoria el tema de Salman Rushdie hace bastantes años cuando Jomeini le puso precio a su cabeza por una crítica a su religión.
Encontró cobijo en Inglaterra y pudo escapar a la ejecución.
Estos trabajadores de la revista francesa no han corrido la misma suerte.
Y curiosamente en el número inmediatamente posterior de la misma revista, demostrando que el humor es su santo y seña en portada puso esta titular:
Se necesitan seis dibujantes
No encontraron mejor manera de demostrarles a sus asesinos, que se dedicaban al humor sin más y habiendo asesinado a seis diseñadores, querían sustituirlos.
Yo que he vivido mucho entre musulmanes en Oriente Medio, nunca les he percibido tan sanguinarios ni desalmados.
Tengo muy buenos amigos, con los que he pasado muchas horas hablando de negocios, de política, de deportes y especialmente de religión y curiosamente siempre nos hemos sentido muy cercanos.
Ellos mismos reconocen que caminan muchos años detrás de nosotros y cuando yo les comentaba que nuestra Cuaresma a mediados del siglo pasado tenía mucho en común con su Ramadán se sorprendían.
Su Eid equivale a nuestra Pascua, y del mismo modo que ellos tienen dos, también nosotros tenemos las dos Pascuas.
Nosotros fuimos tan salvajes como lo son ellos ahora, cuando nuestra Inquisición les obligaba a convertirse o morir.
Han pasado quinientos años y parece que nada ha cambiado.
O mejor dicho si han cambiado……las tornas.
Ahora son ellos los que asesinan por ser criticados, por no compartir sus creencias, por ser occidentales o simplemente para coartar la libertad y hasta el humor de quienes no son como ellos.
Nunca podré entender esas religiones avinagradas, basadas en el odio, el terror y la venganza.
Y me niego a aceptar que eso sea la religión musulmana, porque los amigos que tengo musulmanes siempre fueron un ejemplo de hospitalidad, fraternidad y comprensión cuando estuve entre ellos.
Me recibieron con los brazos abiertos allí como yo lo hice aquí con ellos.
Y lo mas triste es querer borrar de la faz de la tierra la sonrisa, el sentido del humor y no saber aceptarlas críticas, aunque no las compartamos.
Quien no sabe reírse de si mismo, con o sin motivos, no sabe lo que se pierde.
Porque vivirá siempre amargado en un mundo donde es imposible gustar a todos por la sencilla razón de que nadie es perfecto y no hay nada más reconfortante que reírse de tus propios defectos y aceptarlos como naturales, por algo somos humanos.
Descansen el paz esas veinte victimas inocentes, de una sociedad tan tolerante y expuesta que acaba por no saber defenderse ni defender a sus ciudadanos.
....pero tenemos que tratar de ser muy cautos y objetivos con nuestras opiniones. Esta es una Guerra distinta a todas las vividas, y lo peor es que desconocemos al enemigo y no podemos generalizarlo. Hay que hacer una reflexión mucho más profunda para llegar a la raíz del problema. Yo por mi parte trataré de aportar la semana que viene mi granito de arena......si puedo.