Historia que nunca existió, o de lo sublime a lo ridículo

Estaba yo oyendo la radio, como suelo hacer todas las noches, y de repente en mi búsqueda de Radio Marca, me pasé un poco en el dial, y sintonicé una emisora catalana, y quedé atónito, al escuchar la alucinante historia que paso a contarles.

Era algo así, como reescribir el Descubrimiento de America en sus orígenes.

La Miña, la Pinta y La Santa María, no salieron de Palos de Moguer, para descubrir el nuevo mundo.

Salieron de Pals, en Gerona.

Cristóbal Colón, no era un marino genovés, sino que pertenecía a una ilustre familia de acaudalados catalanes, cuyo apellido autentico era Colóm, y no Colón.

Ahora empiezo a entender por que nuestra calle Colón, fue rotulada de esa manera durante el gobierno socialista municipal.

La empresa no fue financiada por el judío valenciano Luis de Santángel, sino por los familiares de Cristófol, que para velar sabiamente por sus intereses, le hicieron almirante de la expedición.

Y comentaron con riqueza argumental, que todo los que les digo, tenia una cobertura documental importante en los archivos gerundenses.

Al instante llegué la conclusión, de que del mismo modo que tuvieron que encontrar historiadores hace unos años, que “bautizaran” como catalanes a nuestros mas egregios valencianos, ahora, como no habían encontrado todavía un “descubridor” que les diera cierto prestigio internacional, el tripartito, había puesto de nuevo en marcha los mecanismo adecuados, para completar los libros de Historia Catalana, con los que educar y adoctrinar a los juventud, en adelante.

Les resulta suficiente con “fantasear” con la historia que nunca existió, para darle tintes de verosímil, a la estupidez mas increíble, que he oído en mi vida.

Como remate final, venía la cantinela de que el imperialismo español, había ocultado toda esa información durante más de cinco siglos, para ningunear a la maravillosa nación catalana, y por eso no figuraba en ningún archivo histórico, tan magno acontecimiento, como obra de los catalanes.

Medio dormido como estaba, no pude dejar de desternillarme de risa, y sentir vergüenza ajena, ante tamaño despropósito.

Quiero pensar, que al mas puro estilo “zapateresco”, ha sido un globo sonda, en horas de muy poca audición, para ver como era recibido el mensaje por quienes lo oyéramos, ya que en los días posteriores, no he visto, ni leído el menor comentario en la prensa nacional, pero les aseguro que no fue un sueño.

Me levante inmediatamente, para tomar las notas pertinentes, y poder hacer el boceto de esta columna, ya que me pareció interesantísimo.

Y digo yo, que con la cantidad insignes industriales y empresarios que ha dado Cataluña, ¿no sería mas lógico ponderar sus logros y sus realizaciones en bien de su propia región y de toda España?.

¿No es infinitamente mas trascendente explicar a todos los jóvenes catalanes, lo importante que es el trabajo en equipo, la responsabilidad en el mismo, y la creatividad de sus empresarios, en vez de malgastar el dinero con estas historias, que solo despiertan la hilaridad de quienes las leemos?

¿Habrá enloquecido el pueblo llano catalán, hasta el extremo de creer todas estas patrañas?

No quiero que vean, el menor síntoma de anticatalanismo en esta columna, ya que no es ese el sentimiento que me mueve, sino el tratar de desenmascarar una vez mas a esos imbéciles, que tratan de ridiculizarse a si mismos, manipulando la Historia de España, que a fin de cuentas es también la Historia de Cataluña.

Lo más triste, es que un pueblo serio, responsable, trabajador y sensato, deja de ser querido y respetado en el resto del territorio nacional, por la locura colectiva de una serie de sectarios desaprensivos, que nunca han asimilado, lo que realmente son.

Unos privilegiados en el suelo español.

Admiro a los catalanes, sensatos y responsables que son la mayoría, y desprecio profundamente a esa minoría que les manipula y desorienta.

Como desprecio profundamente a los “catalinos” que proliferan en la Comunidad Valenciana, por el poco respeto que tienen por sus propias raíces, por su identidad y hasta por su cultura, que además de ser propia, no necesita inventarse ninguna historia, para ser real y prolífica.