Hipótesis vasca
En nuestros debates, yo les argumentaba, que en un tema tan públicamente asumido y con la unanimidad generalizada de todos los interlocutores políticos, consideraba poco menos que imposible, que se desdijera de lo dicho, con luz y taquígrafos.
Su argumento, rebosando sentido común, es una posibilidad que no se puede desdeñar.
¿Qué ocurriría, si en un futuro inmediato, Batasuna decidiera condenar la violencia?
¿Se les abrirían inmediatamente las puertas de las instituciones del Estado basándose en un hecho tan importante como frágil?
Todos ellos están convencidos, de que esa “confesión trampa”, siempre estará ahí, como una “espada de Democles” que podrán utilizar en último extremo los etarras, si llegado el momento la necesitan.
Consideran en sus apreciaciones, que antes de hacer expresa esa renuncia a la violencia, los terroristas, trataran por todos los medios de salvaguardar su unidad, pero no es desdeñable que como ya hicieron en los años setenta del siglo pasado, forzaran una separación entre las dos ETAS, con tal de seguir siendo financiados por los fondos públicos de los Ayuntamientos y entidades Forales Vascas.
Mi contra argumento, se basa en decirles que si para la ilegalización de Batasuna y sus varias siglas filiales, se tuvieron que pasar años, para la recuperación de su legalidad, imagino que los trámites no podrían llevarse a término en menos de 6 meses, por lo que al menos quedaría garantizada la exclusión del mundo etarra conformado por la izquierda abertzale ilegalizada en la próxima legislatura.
Y si después de una legislatura, persistían en una actitud sensata, y dentro de los cauces constitucionales, todo se daría por bien empleado.
Es decir, que aún asumiendo que se decidieran a hacer el propósito de enmienda que se les exige, y se llevara a cabo la declaración de intenciones, no quedaría el tiempo material suficiente para que pudiera beneficiarse en las inmediatas elecciones, y estimo ya que tanto el Gobierno, como la Fiscalía, eso lo tendrían muy en cuenta.
Esa es la Hipótesis fundamental del debate.
Incluso al salir un alto cargo del PSE esta semana, valorando positivamente el comunicado de ETA, y pidiendo por parte del Gobierno un acto de fe, para iniciar el proceso de reintegración en la vida democrática, de la izquierda abertzale, llevaba a mis amigos a decirme, que esa es la prueba evidente de que hay una predisposición dentro del mismo Gobierno, a seguir jugando con dos barajas, “por si acaso”.
Están convencidos de que ya sea con siglas nuevas, o al amparo de Aralar o de Euskadico Ezkerra, las nuevas listas municipales y autonómicas vascas, estarán trufadas de abertzales pertenecientes a Batasuna, o grupos afines.
Cuando les rebato diciéndoles, que el Gobierno, y sobre todo el Partido Socialista de Euskadi, conocen fehacientemente los nombres y apellidos de todos los vascos afines al movimiento batasuno, me contestan diciéndome que también lo sabían en las ultimas elecciones, y ahí han estado y siguen estando después de cuatro años, sin que hayan movido un dedo para evitarlo.
Como es un hecho innegable, se me acaban los argumentos para contradecirles, y ya solo me queda la esperanza de confiar en quien no he confiado en seis años.
Pero en mi opinión es tan trascendente esa decisión, que me niego a aceptar que el Presidente del Gobierno, tenga otro ataque de paranoia, y reincida en un error, que ha costado tanta sangre, tanto sudor y tantas lagrimas, a las victimas, a las Fuerzas del Orden y a los familiares de unos y otros.
Poco tiempo queda para saberlo, y espero no ver defraudada mi confianza en este aspecto, para una vez que confío en el sentido común de Zapatero.
Si yo acabo siendo un iluso, el acabará siendo un mal nacido, convicto y confeso.
Hace Vd. bien en pedir al Sr. Bataller respeto para el Sr. Zapatero. Es el Presidente del Gobierno y se lo merece. Pero como tal el Sr. Zapatero también tiene la obligación de comportarse con el mismo respeto hacia los españoles. Hace poco tiempo el Sr. Uriarte, Diputado en la Cortes Españolas por Valencia, estuvo implicado en un accidente de tráfico. En el control de alcoholemia dió positivo con un 0,52 cuando el máximo permitido es del 0,25. Consecuencia de esto fue que el Sr. Uriarte por decoro y respeto a los españoles, al doblar la tasa de alcoholemia permitida, dimitió como vocal de la Comisión de Seguridad Vial del Congreso. El Sr. Zapatero si tuviera algo de decoro y respeto a los españoles debería dimiter como Presidente del Gobierno por doblar la tasa del paro aqui en España.