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Por Miguel Bataller
Columna de Michel - RSS

La economía y el voto, ¿contrasentido socio-económico?

    Reflexionaba esta misma tarde y me sorprendía de lo absurdos que solemos ser razonando los españoles y lo fáciles de engañar que resultamos, y como raramente coinciden nuestro voto y nuestros intereses.

    Y para ello tengo que apoyarme en un hecho tan evidente como enajenante.

    La mayor parte del voto del PP procede de gente de clase media y media alta con un poder adquisitivo importante y que por lo general tienen buena posición económica y unos ahorros importantes invertidos en los diferentes tipos de pasivos bancarios, que tratan de rentabilizar del mejor modo posible.

    Por el contrario, la base electoral del PSOE suele ser el funcionariado y las clases menos favorecidas, por regla general, gente con créditos hipotecarios o activos de banca, por los que tienen que estar pagando generalmente amortizaciones e intereses, en cuyo caso se encuentran en una situación mucho más favorable para ellos, cuanto más bajos los tipos de interés.

    Pues bien, ese conflicto de intereses, no hay forma de conciliarlo ya que los votantes de centro izquierdas siguen votando al PSOE, sin importarles que con ese Gobierno se hayan incrementado muy sensiblemente y en todo momento y coyuntura los tipos de intereses y por lo tanto las cuotas de amortizaciones de sus prestamos o créditos, en tanto que los impositores en banca, cuyos capitales reciben mucha mejor remuneración económica con los Gobiernos del PSOE, al subirse los tipos de interés, siguen insistiendo en su voto al PP.

    Ese fenómeno se dio en el periodo del Gobierno de D. Felipe González, en el que las hipotecas oscilaban a tipos entre el 15 y el 20% de intereses, y fueron decreciendo paulatinamente hasta situarse entre el 4 y el 5% con el Gobierno de Aznar, para reemprender la curva ascendente recientemente otra vez, después de llegar al poder el Gobierno de Zapatero, si bien en estas dos últimas etapas ya manda más la política europea que la propia nacional, pero en cualquier caso el fenómeno esta ahí.

    Si la lógica económica se correspondiera con la emocional y la orientación de voto, las clases menos favorecidas siempre votarían gobiernos de centro derecha, para abaratar los costes de su endeudamiento y las más favorecidas, gobiernos de centro izquierdas, para recibir mejores remuneraciones por sus depósitos bancarios.

    Pero evidentemente, estamos en otro de esos contrasentidos que son difíciles de explicar, a menos que haya otra explicación a la que yo no llego, y que por supuesto no se corresponda con los móviles económicos, que son los que suelen mover el sentido del voto, en uno u otro sentido.

    Aviso para navegantes: VAYAN PREPARANDOSE PARA SEGUIR INCREMENTANDO SUS CUOTAS DE AMORTIZACIONES DE CREDITOS HIPOTECARIOS, YA QUE EN ESE SENTIDO ESTA PREVISTO QUE SE MUEVA EL MIBOR EN 2007.

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