Por una Cataluña española
Un grupo heterogéneo de amigos, hace tiempo empezamos a preocuparnos por el futuro de España, y solíamos reunirnos muy de tarde en tarde, a fin de poder entrever aportando cada uno su punto de vista, el destino que nos esperaba.
Con la llegada de la crisis del 2008, esos encuentros se fueron acortando al tiempo que el grupo se iba ampliando y ahora nos solemos juntar alrededor de una mesa una vez al mes, compartiendo mantel e ideas durante varias horas.
El pasado jueves día 20 de Noviembre tuvimos nuestro encuentro mensual, al que fuimos todos previamente informados de que la reunión sería monotemática:
LA ACTITUD DE LAS INSTITUCIONES EN LA CONSULTA CATALANA.
El ponente, un buen amigo que se había incorporado recientemente a nuestro foro y estaba perfectamente preparado por su formación (Catedrático de Derecho Administrativo) y por su experiencia, nos hizo una brillante exposición histórica, constitucional, democrática y real, de un hecho incuestionable:
LA EXISTENCIA DE NACIONALISMOS CENTRÍFUGOS, EN UNA ESPAÑA CUYA CONSTITUCIÓN NUNCA PODRÍA VALIDARLOS.
Basta leer el punto segundo del artículo primero, para saber que “La soberanía nacional reside en el pueblo español, del que emanan todas las instituciones del Estado”.
Y a renglón seguido en el artículo segundo queda totalmente descartada la posibilidad de hacer de España una “Nación de naciones” o un “Estado formado por varios Estados”, cuando se especifica, sin dejar margen a la interpretación lo siguiente:
“La Constitución se fundamenta en la indisoluble unidad de la Nación española, patria común e indivisible de todos los españoles ………”.
La exposición de nuestros querido amigo fue brillante, pero a partir de ella, y basándonos en los hechos incuestionables que nos aportó, cada uno los presentes expuso sus dudas, sus planteamientos y su punto de vista de cara al futuro.
Yo empecé por preguntarme:
¿Cómo es posible que siendo tan evidentes los postulados expresados, que no dejan duda a la interpretación, después de cuarenta años de convivencia democrática y paz social, tengamos ahora sobre la mesa el problema de Cataluña?
¿Por qué la experiencia vivida hace pocos años en el País Vasco con el Plan Ibarreche no sirve ahora en Cataluña?
Sencillamente Ibarreche siguió los cauces Constitucionales, y cuando las Cortes Españolas (que son las únicas que podrían apoyarle o negarle su apoyo) le hicieron ver que sus demandas eran inaceptables e inconstitucionales, tuvo la honradez y gallardía de retirarse.
Sin embargo Mas, que también había jurado el respeto a la Constitución y a las Instituciones del Estado, ha querido pisotearlas y situarse él mismo por encima del bien y del mal, y llevando el problema a situaciones aparentemente delictivas, lo que le ha valido la imputación para si mismo y para dos de sus Consejeras por cuatro tipos de delitos:
“PREVARICACION, DESOBEDIENCIA, MALVERSACION Y USURPACION DE FUNCIONES”.
Cómo estoy convencido de que todo va a quedar en agua de borrajas, porque es bien sabido que el Poder Judicial depende directamente del Poder Político, y pronto tendremos las negociaciones estúpidas que solo van a servir para seguir poniendo parches, y en ningún caso para solucionar el problema de raíz, tenemos que aceptar que lo primero y fundamental, es el ejercicio mas democrático que cabe para abordar ese problema:
UN REFERENDUM NACIONAL, SOBRE EL TEMA DE LA INDEPENDENCIA DE CATALUÑA.
En el mismo se vería muy claramente, no solo el deseo de todos los españoles, sino también el de todos los catalanes.
Quizá con algo tan elemental, acabaríamos de una vez y para muchos años con el problema, y sabríamos todos a que atenernos.
Y también se sabría exactamente el resultado del voto en Cataluña y dentro de Cataluña en cada provincia o zona, con lo que se podría evaluar perfectamente las consecuencias de la Independencia.
Si ellos quieren tener el Derecho a Decidir, están en su perfecto derecho pero siempre que nos permitan decidir a los demás españoles, dentro de los preceptos legales y Constitucionales.
No se debe abrir la posibilidad de modificar la Constitución, sin saber antes para que fin y por que motivos, ya que muy probablemente los cambios en términos generales no nos llevarían a otros cuarenta años de paz social, y sólo servirían para desgarrar España al albur de cuatro caprichosos egoístas, que solo piensan en si mismos.
Ojala se pueda cumplir el deseo de todos los presentes en nuestro Foro de Opiniones:
Una Cataluña española y una España unida y democrática.
Y en el grupo había Catedráticos, Jueces, Abogados, Economistas, Ingenieros, Médicos, Músicos, Periodistas y Empresarios en activo y jubilados con un único punto en común, ser valencianos, y desear lo mejor para todos los españoles y entre ellos para los ciudadanos de Cataluña.
Es lamentable y enfermiza la manera de castellanizar nombres y apellidos que tiene usted Batallón, lo que resta credibilidad (que por otra parte no tiene ninguna) a sus exposiciones y opiniones, pues demuestra ser lo que es, un ultraderechista cavernario.