Las aguas del Ebro… y su desperdicio
Es muy preocupante ver las cotas alcanzadas a su paso por Zaragoza, así como las inundaciones producidas en varias partes al salirse de su cauce, pero lo más lamentable de todo es ver como al menos durante tres días consecutivos, y a su paso por Tortosa, cerca de la desembocadura y donde se le hace el último aforo, se pudo comprobar que estaba vertiendo al mar del orden de los 1000 metros cúbicos por segundo, es decir una barbaridad de agua.
Para que se puedan hacer Vds. una idea, el volumen de agua vertida al mar cada uno de esos días es el equivalente a la capacidad de desalinización de la planta de Torrevieja durante un año entero. Y eso sin ningún consumo de energía ni tener que hacer ninguna inversión ni sufrir los efectos medioambientales de dicha planta, al tener que arrojar luego la salmuera resultante del proceso.
Es decir, que con el caudal excedente, una vez considerado el volumen necesario, para la protección de la zona del delta del Ebro, se hubiese podido abastecer a la Comunidad Valenciana, a la huerta murciana y a Almería de la suficiente agua, para muchos meses, sin tener que estar dependiendo de los recursos escasísimos del Júcar y del Segura.
A cambio de ello, se inundan zonas problemáticas en Aragón, se tienen que abrir las compuertas en pantanos, ante el riesgo de que se desborden, tanto en esa región como en Cataluña, y finalmente se vierte al mar un excedente de agua inmenso… a cambio de nada. Es decir, si a cambio del menosprecio y la animadversión de los valencianos, de los murcianos y de los andaluces de Almería que no alcanzan a comprender tanta insensatez en quienes nos gobiernan y tanto egoísmo incomprensible en los catalanes, que no dan ni siquiera lo que les sobra, aunque les cree problemas a ellos mismos.
Sé que es un tema muy manido, pero no por ello menos real, y es conveniente sacarlo ahora a colación, en vista de que los mismos insolidarios que no son capaces de compartir esa riqueza hidráulica, sufren ahora en cierto modo los efectos secundarios perniciosos de su insolidaridad.
Y es conveniente refrescar la memoria en este periodo electoral, para que los votantes valencianos, al ir a depositar su voto en las autonómicas fundamentalmente y en las municipales, sepan a quien no deben de votar, por no haberse preocupado de defender sus intereses.
Cualquier voto, con el más ligero matiz catalanista (como es el voto al Bloc), debería de evitarse como castigo a ese catalanismo egoísta, insolidario e insensato, que tanto daño ha hecho a los intereses de nuestra autonomía, y en parecidos términos me manejaría de cara al voto socialista, ya que han sido ellos los que han permitido esa tropelía, sin tener para nada en cuenta a la gente de su región, con tal de poder mantenerse en el poder en Cataluña y en el resto de España, vendiéndonos a esos intereses espurios catalanes, cuando hubieran podido evitarlo simplemente aplicando las leyes en vigor cuando entraron a gobernar. Y no anulando inconcebiblemente un Plan Hidrológico Nacional, que ellos mismos habían, diseñado, elaborado y dejado a punto durante la etapa de D. José Borrell, como Ministro de Infraestructuras, y de Dª Cristina Narbona como Directora General de Recursos Hidráulicos, la misma que en un ataque de estupidez inconcebible, ahora como Ministra de Medio Ambiente, se encarga de anular su propio Plan Hidrológico.
Esa es la lógica política con la que nos gobiernan los socialistas y su modo de tratar los intereses valencianos, y por eso desde aquí lo único que hago es pedir que se les pague con su propia moneda.
Negándoles un voto que no se merecen, ni como políticos ni como españoles, tanto a ellos como a su partido en nuestra Comunidad, que nunca fue capaz de alzar su voz en defensa de los intereses de todos los valencianos, quizás por temor a perder sus prebendas personales.
Es la única forma que tenemos de hacerles sentir nuestra repulsa, para que recapaciten y sepan que no estamos inmunizados a sus barbaridades, y en función de ellas orientaremos nuestro voto.