Academia de la Lengua Valenciana
Por fin parece que se van clarificando las posiciones ideológicas, y se van posicionando los preclaros miembros de la hasta hoy denominada Academia Valenciana de la Lengua.
El Gobierno de Zaplana en nuestra Comunidad, tuvo que tragarse un sapo del tamaño de la denominación oficial de la Academia, como pago al apoyo de Pujol al Gobierno de Aznar, y como para el ex Alcalde de Benidorm, la lengua y la cultura ancestral de los valencianos eran intrascendentes, acabó por articularla a gusto y medida de la izquierda catalanista, eso si, poniendo en la Presidencia a alguien del PP, pero trufando la institución de lingüistas formados y educados en ambientes universitarios dominados por un catalanismo militante.
Es de todos conocidos, que la izquierda valenciana siempre ha sido muy proclive a sentirse prácticamente mas catalana que valenciana, y precisamente por eso ha seguido fracasando en todas las elecciones.
Durante más de diez años, las eminencias de la AVL, han estado trabajando a ritmo lento pero seguro (“el parto de la burra” parece un juego de niños, comparado con el parto de nuestro Diccionario) hasta culminar la semana pasada una obra que parecía interminable.
Pero miren ustedes por donde, a la primera y brillante conclusión a la que llegan, es a la de determinar que el valenciano, no tiene una identidad propia, y es como le llamamos en la Comunidad Valenciana a la lengua catalana.
¡Con dos cojones!
Para ellos el Estatuto de Autonomía de la Comunidad Valenciana, que es la primera de nuestras Leyes Autonómicas no merece el menor respeto.
No me sorprende, ya que es muy propio de los políticos nacionalistas catalanes el ignorar y despreciar la Constitución Española, y ellos no quieren ser menos.
Investidos de una ciencia infusa, que solo ellos y sus sectarios acólitos aceptan, quieren ignorar su propia historia y cultura.
A estos sesudos estudiosos, bastaría remitirles al Siglo XV, conocido como Siglo de Oro de la Lengua Valenciana, y preguntarles si Ausias March (con una “ch” inexistente en la lengua catalana) dijo alguna vez que escribía en catalán, o si Joanot Martorell al escribir su” Tirant lo Blanch” (también acabado con la misma “ch” inexistente para los catalanes) bautizó su libro con ese titulo, sólo para fastidiar a los sesudos filólogos catalanes y catalinos, cinco siglos más tarde.
Me he cansado siempre de discutir y defender este tema.
La diferencia entre los que defienden lo contrario y los que defendemos mi postura, es “que ellos comen de la teoría que defienden, y nosotros, la defendemos por convicción moral y con razones históricas, y no por dinero”.
Nunca discutiré que valenciano, catalán y las diferentes variedades baleares, tenemos las mismas raíces, como las tienen el gallego y el portugués, o el sueco, el noruego y el danés.
Pero nunca aceptaré que hayan querido “normalizar” el valenciano, para convertirlo en catalán.
A mis setenta años, no me van a venir cuatro vividores a enseñar a hablar en valenciano.
Me niego a escribir en su valenciano, que nunca será el mío.
Y celebro que al menos el actual Gobierno Autonómico haya tenido la dignidad de no permitirles la edición del mencionado Diccionario, hasta que no se corrija debidamente la existencia del valenciano con personalidad propia, aunque ellos hayan manipulado y prostituido su morfología, su sintaxis y hasta su ortografía.
Con una actitud muy propia de los políticos catalanes, que son sus mentores, se han apresurado a publicarlo en Internet, sin esperar el dictamen del Consejo Jurídico Consultivo, que sin ser vinculante podría resultar orientativo.
La Generalidad Valenciana, no puede disolver la AVL, ya que para hacerlo necesitaría una mayoría cualificada, pero si puede recortar sus Presupuestos a una mínima expresión, potenciando a la vez un organismo paralelo que se llame como debió de llamarse ya en su origen, Academia de la Lengua Valenciana, e ir dándole a esta entidad la defensa de los intereses culturales y de la lengua valenciana, en detrimento de la ya existente AVL que pasaría a ser un ente a extinguir, al no poder seguir pagándoles a sus componentes unos estipendios tan espectaculares, como los que han venido cobrando, por ningunear a sus propias lengua y cultura valenciana.
Aunque mucho me temo, que puestos en el disparadero como parece querer hacerlo Alberto Fabra, las impolutas mentes de los intelectuales lingüistas de la AVL, optaran por una solución salomónica que les permita seguir disfrutando de sus prebendas, aún a costa de tener que contrariar a su próceres catalanes, que se limitaran a darles un ligero tirón de orejas, pero entenderán que “la pela es la pela”.
Y entre tanto seguiremos tragando bilis, los que no podemos entender ni aceptar estos cambalaches.
Desde el punto vista político y electoral, no sé como van a considerar este tema en el partido PP, pero a riesgo de equivocarme, creo que tienen mucho más que ganar si aguantan sus postura firmemente, ya que tienen toda la razón del mundo para hacerlo.
Es el momento de decidir, y espero que al Sr. Fabra, no le tiemble el pulso.
Para ese viaje, no necesitábamos las albardas de la AVL.
Voste mereix tor el meu respecte, perque dona la cara i s´identifica pa donar una opinió tan respetable com la meua. Tambe els gallegos i el portuguesos se comprenen perfectament, i sin embago tenen dos llengües tan paregudes com les nostres. Mire, hasta fa cuatre dies, en tots els llocs se reconeixien com a llegues oficials españoles ademes del castellá, el valenciá, el catalá, el portugués y el euskera. Ha creixcut cincuanta anys ahon tots me dien que lo que io parlaba era valencía i mos enteniem en els catalans, perque parlabem dos llengües germanes. De la nit al matí la politica imperialista del catalanisme, vol fer desapareixer la nostra llengua, i fermos creure que lo que parlem es diu catalá. I encara que nomes fora per raons historiques mai podré comprendre com se pot denonimar catalá a una llengua que ia parlabem en el Regne de Valencia mes de cent anys antes de que existirá Catalunya. Eixe argument, encara no mel a pogut discutir mai ningú. Grasies per llegirme.