Rebelión con la Sedición
Hace tres años los españoles hacíamos un curso acelerado de derecho penal. ¿Era rebelión o sedición? aquel posmoderno golpe de Estado, sin tanques en la calle, ni tiros en el congreso, pero sí desde las instituciones del gobierno catalán querer constituir una república independiente en Cataluña. El Tribunal supremo condenó a los golpistas del “procés” como autores del delito de sedición.
El trato político a estos condenados ha sido muy especial. No me gusta la condena, lo indulto; pero además te exijo, porque lo voy a volver hacer, que me borres del código penal ese delito. Ese es el compromiso de la mesa de dialogo gobierno catalán-Sánchez y ahora es el momento que han decidido ejecutarlo. La supresión del delito de sedición no es una necesidad social, ¿cuántos condenados por sedición tenemos en España? es una necesidad personal de unos condenados, amigos del Sanchismo, que están destrozando la democracia a cambio de apoyar los presupuestos.
Lo preocupante es que Puig apoye a Sánchez en la derogación del delito de sedición y afirme que es la línea correcta. ¿De verdad? ¿Tan necesitado está el presidente Puig del cariño de Sánchez?
Pero además el presidente lo justifica en que hay que decidir si queremos convivir o seguir en el conflicto. Queremos convivir desde el diálogo, pero en el marco de la Constitución, del estado de derecho, no de la opresión caprichosa, egoísta, discriminadora de independentistas y filoetarras que asfixian la unidad de España.
Dejen los complejos, hablar de unidad de España no es de fachas, es de personas comprometidas con la democracia. Cansada de respuestas casposas. Abran los ojos. No podemos continuar siendo gobernados por el chantaje de los golpistas.
Me lo justifican ¿con la convivencia? Ustedes que están facilitando el choque institucional entre el ejecutivo y el poder judicial. En vez de preservar la independencia judicial, lo que hacen es ningunear, silenciar y dejar en papel mojado las sentencias judiciales. El egocentrismo feroz de creerse por encima de la Ley. ¿Eso es convivencia y diálogo? Eso es dictadura y opresión.
Sánchez nos ha llevado a los españoles a arrodillarnos ante terroristas y ahora quieren vender nuestro estado de derecho a los golpistas.
En cualquier otro país hubiera tenido lugar una moción de censura, de confianza o su propio partido lo hubiera forzado a dejar la presidencia del gobierno, pero aquí no pasa nada de esto.
Sánchez y sus socios están eliminando la última barrera del Estado de derecho que contenga a los que quieren romper España. El partido socialista blanqueará a los golpistas, y también a los futuros que lo intentaran reeditar. Si no paran esta locura, de sus siglas Partido Socialista Obrero, quedará borrado el español.