De norte a sur pasando por Chiva: ‘no todos somos iguales’
El guion es básico. Presentar denuncias contra tu rival político con conciencia de que no tienen fundamento, para conseguir, mientras dura el procedimiento en el que la justicia acaba dictaminando que ahí no hay nada, titulares que desacreditan a quién no has conseguido vencer en las urnas.
En Compromís somos bien conocedores de esta técnica porque la hemos sufrido por parte de la derecha desde que 2015 propiciamos los grandes cambios que vive nuestra sociedad con pactos de gobierno progresistas.
Esta instrumentalización sucia de la justicia recibe el nombre de lawfare. La situación más dolorosa que estamos sufriendo es la de Mónica Oltra, quien después de una indecente cacería de la extrema derecha dimitió como Vicepresidenta, por un caso del que todo el mundo sabe que tanto ella, como los otros cargos investigados, actuaron correctamente y son inocentes.
Pero el goteo de procedimientos parecidos es incesante, siempre con un mismo final, los compañeros y compañeras de Compromís que la derecha trata de inculpar con falsedades acaban libres de toda culpa, pero mientras tanto el calvario que tienen que pasar no se lo quita nadie.
El último es el del alcalde de Chiva, Emilio Morales, compañero de Iniciativa y Compromís. Él accedió a la alcaldía de su municipio en 2015 y revalidó mandato en 2019, desde entonces la guerra sucia del anterior alcalde del PP es constante. Así en una de esas maniobras de la derecha un juzgado accedió a investigar al alcalde y otros concejales por una denuncia que no tenía ni pies ni cabeza. El PP denunciaba la manera en la que los funcionarios de ese ayuntamiento cobraban parte de su sueldo, un procedimiento técnico qué era el mismo desde el 2002 con gobiernos del PP por el medio.
Cómo era de esperar la justicia ha cerrado el caso, pero esto no ha quitado que durante meses Morales y su equipo de gobierno hayan tenido que soportar titulares indecentes propiciados por el PP que trataban de poner en entredicho su honradez manipulando la realidad. Después esos mismos medios que torcían la realidad para desinformar a la ciudadanía con este asunto o bien han ocultado ahora lo que la justicia ha dejado claro o todavía han hecho otra pirueta para no reconocer que se equivocaron dando pábulo a la invención de la derecha.
El fondo del asunto, lo que más les molesta es que estamos demostrando a lo largo del territorio valenciano que no todos somos iguales, que hay quienes estamos en política para impulsar medidas que beneficien a la gente, al bien común, que estamos dispuestos a transformar la sociedad por encima de los intereses de aquellos que solo quieren hacer negocio a expensas de los derechos de las personas.
Por eso quiero aprovechar estas líneas para lanzar un mensaje de ánimo a Mónica y al resto de compañeros y compañeras que están sufriendo la dura e injusta situación del lawfare. Alentarlos a seguir adelante con fuerza. La verdad y la decencia, como ha pasado ahora en Chiva, acabará imponiéndose.