El pederasta de Ciudad Lineal
Esta semana ha sido gratificante para la policía española y de alivio por parte de las familias que viven en Ciudad Lineal.
El motivo ya es más que conocido: la caza del pederasta que hasta hace unos pocos meses estaba atemorizando a los padres, que no se separaban de sus hijas por miedo a que fueran una de las víctimas de este individuo.
Todo ha terminado con un final de película, la televisión ofrecía imágenes de cuando fue capturado, los ciudadanos le hemos puesto cara a Antonio Ortiz.
Lo malo de todo esto es que algunos de los abusos sexuales a estas niñas inocentes se hubiesen podido evitar. El agresor tenía antecedentes pero al parecer de entre todos los delitos por los que había sido detenido en el pasado (robo con violencia, detención ilegal, secuestros, robo con fuerza...) no figuraba el más grave, la agresión sexual a una niña de siete años en 1998, que le costó una condena de nueve años, aunque al final no cumplió la pena íntegra. Un pequeño detalle en la investigación que hubiere facilitado su detención mucho antes, después de tantos días de angustia.
¿Fue un error humano o los archivos policiales no se actualizan al igual que los judiciales? No lo sé.
Según tengo entendido, en los años que estuvo preso Antonio Ortiz se negó a seguir un tratamiento específico para agresores sexuales, también el psicológico.
Pero lo que más me sorprende de todo esto es que sin seguir tal procedimiento una persona pueda estar en la calle aunque haya cumplido su condena.
¿Acaso creen que esta persona podrá enfrentarse a sus debilidades o evitarlas cuando pase al lado de la puerta de un colegio o de un parque?
¿Quién me garantiza que esa persona no volverá a atacar a una menor?
Permítanme decirles que creo que estos individuos deberían estar en prisión hasta que se hayan reinsertado, porque sino dentro de diez o quince años, o los que sean, estará de vuelta en la calle con el objetivo de agredir a otra niña.
Perdonen mi ignorancia, no sé de quién fue el error de que no se reflejara en los antecedentes la agresión sexual, pero parece ser que si eres bueno y te portas bien no importa las aberraciones que hayas cometido a una menor, a la que, por si no lo sabían, su vida no volverá a ser la misma.
