Si usted fuera Rajoy…

Bueno pues el ejercicio de confección del presupuesto para 2012, se inicia con el cálculo de los ingresos; que asciende a 129.000 millones de euros, algunos partidos de oposición dicen que están hinchados, no lo creo, pero si así fuese habría que reducirlo para gastar todavía menos.

Y ahora toca ver como gastamos esos ingresos, primero la parte obligatoria, la amortización de deuda, 50.000 millones y los intereses, 29.000. La deuda si no se paga te dejan de prestar y nosotros a día de hoy y tras “tanto” recorte necesitamos que el exterior nos financie la mitad de nuestro gasto, en el primer trimestre el ejecutivo nacional ha gastado 43.000 millones y solo ingresado 23.000.

El gasto en personal del Estado es de 27.000 millones, observen que es tres veces menor su coste que lo que nos cuesta devolver la deuda de los socialistas. Es decir sin el agujerito progresista podríamos multiplicar plantillas o sueldos públicos por cuatro.

Y si a gastos obligatorios de deuda y personal sumamos las transferencias corrientes, fundamentalmente para comunidades autónomas y municipios, que asciende 55.000 millones, observarán ustedes que ya llevamos gastados 161.000 millones y solo se prevé ingresar 129.000.

Todavía no hemos incorporado ni un euro para inversiones ni subvenciones de capital, y ya nos faltan 32.000 millones. ¿Cómo se arregla?

Desgraciadamente el arreglo es con ajustes, tantos, que la izquierda de Rubalcaba prefirió abandonar el gobierno pasando la “patata” presupuestaria a Rajoy, antes que cumplir la ley y hacer el presupuesto en septiembre.

Ahora el mismo socialismo, ante los presupuestos amenaza con parar a Rajoy “en la calle”, pues cuando pierden las elecciones, al socialismo el parlamento se les queda pequeño. Y sus aliados sindicales, UGT y CCOO, afirman que el ajuste de 10.000 nos devuelve a la realidad “de la dictadura de Franco”. Eso sí, cuando el mismo día la Comisión Europea certifica que el agujero del 2011 ascendió a 93.000 millones entonces, guardan silencio cómplice y militante.

En fin, que si usted fuera Rajoy, con una oposición política y sindical empeñada en convertirnos en Grecia, preferirá no serlo.