Un país estable
Junto a la reforma laboral y la del sistema financiero, ya aprobadas, y la venidera reordenación del sector público, esta nueva ley es parte básica en la cimentación del nuevo modelo económico español.
Lo más llamativo de esta ley estabilidad, obligatoria para las más de 8.000 administraciones españolas, que evita el déficit y el consiguiente endeudamiento público, es que el PSOE se haya opuesto, cuando esta norma es desarrollo del cambio en la Constitución impulsado por Zapatero y responsablemente secundado por Rajoy.
El socialismo, tras la fallida huelga general sigue en el monte, en plena crisis europea de deuda, el PSOE lanza un nuevo mensaje internacional de desprestigio patrio, rompiendo el acuerdo alcanzado el pasado septiembre entre el Gobierno de Rubalcaba y el Partido Popular.
La izquierda española parece empeñada, traicionando sus acuerdos recientes y los compromisos europeos, en helenizar el país convirtiéndonos en la nueva Grecia.
La ley de estabilidad nos convertirá en un país fiable, ya que prohíbe comportamientos como el de algunas autonomías, ayuntamientos y el anterior gobierno nacional que han triplicado la deuda pública española nacida con Carlos V y que no había vivido crecimiento tan alarmante como el de la última legislatura.
Descubierto ya, incluso por la socialdemocracia, que sin reducción del déficit no habrá crecimiento, es una pena para los españoles, sumidos hoy en la pobreza, que nos veamos en esta situación cuando España fue el primer país en aprobar una ley de estabilidad presupuestaria, con el presidente Aznar en 1997, que el socialismo gastador derogó porque era un limite insoportable para su comportamiento derrochador.
Ahora la nueva ley determina que habrá que reducir la deuda al 5,3% para el presente año 2012, del 3% para el ejercicio 2013, hasta llegar al 0% en 2020, lo que supone que desde esa fecha España será un país con déficit 0, lo que supondrá devolver la capacidad de endeudamiento y el protagonismo económico al sector privado único generador de empleo y recursos estables para financiar nuestra sociedad del bienestar.