Deserción Socialista

En 18 municipios los socialistas han presentado menos de la mitad de candidatos a elegir, lo que matemáticamente supone renunciar a la alcaldía, y en una docena más, ninguno de los candidatos del PSPV pertenece a la población, es decir, son paracaidistas en su totalidad.

Al final, aquellos que se han pavoneado de disponer de un proyecto progresista para Castellón dejan a 30 municipios huérfanos de representantes autóctonos, lo que significa que mientras su única obsesión ha sido perseguir verbalmente a Carlos Fabra, este les ha demostrado, con hechos, con candidaturas, no con palabras, lo que es hacer provincia.

Los vecinos de Villamalur, Chódos, Albocasser, Coves de Vinromá, Vilar de Canes, Higueras, Villanueva de Viver, Toga, Torre d´en Besora, Vallat, Torre d´en Domenech, Pina de Montalgrao, Matet, Arañuel, Barracas, Sacañet, San Rafael o Castellfort, ya saben que al “nuevo” PSPV le importa bien poco su municipio y ello se traduce en la incapacidad para presentar candidaturas completas.

En Gaibiel, Pavías, El Toro, Chóvar, y tantos otros, quienes conforman las listas  son personas ajenas a su municipio, esto supone una deserción provincial en toda regla, y certifica el estrepitoso fracaso de Francesc Colomer, y quienes creían que teatralizando el papel opositor les daría algún rédito adicional.

Es, con diferencia, el peor proceso preelectoral del socialismo castellonense desde 1979, un abandono rural sin precedentes, una legislatura que, puede haberle servido a alguien dentro del PSPV para su promoción personal, pero que a la provincia de Castellón, con treinta municipios sin competencia electoral le ha servido de poco.

Al PSOE, que ya hace algún tiempo dejó de ser un partido nacional, -los socialistas catalanes se desmarcan pidiendo el regreso de  ETA-Batasuna a las instituciones con su nueva marca- solo le faltaba perder también ahora su implantación territorial en nuestra provincia.