Crónica de una Fuga Anunciada

No hace falta leer el libro de Gabriel García Márquez para anticipar lo ocurrido en la cárcel de Castellón I. 

Tengo plena confianza en la guardia civil, la policía nacional y los funcionarios de prisiones, no así en nuestros responsables políticos en el Ministerio de Interior, que han fallado con reiteración y han incumplido sus compromisos con nuestra provincia.

La fuga de los dos presos de la cárcel de Castellón I el pasado fin de semana es producto del abandono del Ministerio de Interior.

Tanto los sindicatos, como el Partido Popular e incluso la Fiscalía han denunciado el hacinamiento y la falta de funcionarios suficientes para garantizar la adecuada seguridad de los dos centros penitenciarios de la provincia.

En mi caso llevo más de tres años dando la voz de alarma sobre los riegos innecesarios, las cargas de trabajo excesivas para los funcionarios, y las incomodidades y tensiones entre internos provocados por el creciente hacinamiento.  

A ello hay que añadir las denuncias parlamentarias sobre la inoperancia de la mayoría de garitas de vigilancia, la ausencia de iluminación en los patios, las carencias  informáticas, la ausencia de megafonía que obliga a desplazamientos arriesgados del funcionario dentro de los módulos, y tantas otras, que nunca han sido atendidas.

Incluso la Secretaria General de instituciones Penitenciarias, Mercedes Gallizo, tuvo que comparecer este mismo año a petición de un servidor para dar cuenta de la situación de nuestras cárceles, pero nada se hizo.

En el año 2007 planteé una enmienda presupuestaria para modernizar las instalaciones que han sido burladas por los delincuentes y el PSOE votó en contra.

Ahora con la fuga sí darán crédito a las denuncias, tarde, como siempre, y además faltando a su palabra.

Queda como una vieja promesa electoral romántica, aquello de “un preso, una celda”, cuando en Castellón I con 420 celdas hay 830 internos, y en Albocasser -Castellón II- con 1.008  celdas ya se superan los 1.400 reos.

Prometieron que, tras aumentar de 570 presos hasta 770 en la primera legislatura de Rodríguez Zapatero, el nuevo centro de Albocàsser serviría para descongestionar la antigua cárcel, y estamos en la cifra record de 830.

Una pena que los dos hechos, de competencia exclusiva del ejecutivo socialista, por los que se ha conocido a Castellón en lo últimos años hayan sido los robos que sufrió la cárcel de Albocasser antes de ser inaugurada y ahora la doble fuga.