Alejandro Font de Mora
España se hunde, pronto se conocerá que hay un millón más de parados en hace un año y la progresía autonómica ya tiene su objetivo y su mensaje, para sacar a su componente más protestón a la calle: ¡Alejandro Font de Mora, fora, fora, fora!. En esto de las rimas, nuestro conseller de educación podría también dedicar algún minuto a aleccionar a quienes dicen ser “la comunidad educativa”.
Pocos políticos en tiempo reciente tan azuzados injustamente, he escuchado a parte de la izquierda valenciana arrimarle todo tipo de adjetivos a un conseller alejadísimo del perfil tosco e iletrado con el que han tratado de caricaturizarlo.
Alejandro al que, como se observará, conozco y admiro desde hace una docena larga de años, cuando como portavoz parlamentario en Les Corts brilló con el ingenio y la versatilidad que lo singularizan, es una acertada mezcla de los valores y conocimientos que casi todos anhelan y solo algunos alcanzan.
Recuerdo que en su día la ex ministra Ana Pastor comparó a Alejandro con el valenciano Luís Vives por su saber multidisciplinar, y ahora que los del “País Valenciá” lo tienen en su punto de mira le recuerdo su frase de nuestro humanista del renacimiento “contestar injuria con injuria es lavar el barro con el barro”, o lo que es igual, hay que dedicarle el tiempo sólo a quien lo merce.
Y hoy lo merecen, como siempre, cientos de miles de niñas y niños que tienen derecho a poder educarse en libertad en su lengua materna, valenciana o castellana, y a alcanzar los conocimientos en inglés que a sus padres les fueron vedados.
El Plan de Fomento del Plurilingüísmo es sin duda un buen paso, y habrá que dar muchos más para que nuestro avanzado sistema educativo sea, además, una herramienta útil para sortear las aciagas crisis a las que el recurrente socialismo nos tiene acostumbrados.
Estamos haciendo el ridículo en toda Europa. Justificar lo injustificable es seguir haciéndolo. Si este señor es tan notable, el responsable de la negación del conocimiento por falta de comunicación por uso de una vía no adecuada (el inglés) debe de ser otro.