¿Dónde están las personas?
Hace exactamente un año resonaba en nuestros oídos una campaña electoral que pretendía traer un cambio. Una nueva política que abanderaba el rescate social con un objetivo básico: las personas.
Los partidos que se unieron para tomar la alcaldía lo hicieron con el lema del rescate ciudadano. El que hoy han olvidado volcados en otros objetivos que dejan atrás la emergencia social, la desnutrición y la exclusión de familias hundidas por el paro.
Así describían PSPV, Compromís y Podemos la situación de nuestra ciudad. Un estado de “emergencia” que pretendían resolver con una hoja de ruta que se plasmó en el conocido como “Acord per Borriana”. El documento que hoy es fiel reflejo de una política de incumplimientos, la que deja patente que el ciudadano nunca ha sido una prioridad para esta coalición.
El engaño a una ciudad que esperaba que el tripartito continuara la rebaja de la presión fiscal para aliviar los rigores de la crisis. La que propuso el PP, con la rebaja de un 1,93% del IBI, la congelación de la tasa de basuras y la rebaja de los vados un 5%. La misma que rechazó el tripartito.
Sin alivio para las familias, todavía son 3.244 los vecinos que esperan una oportunidad laboral. La que garantizaron quienes etiquetaron su política como social. Los mismos que afirmaron que servicios como el de la escuela infantil Príncipe Felipe serían 100% públicos.
Hoy el tripartito ha abandonado ya su idea de gestión directa y ha modificado su compromiso con lo público para entregarse al sector privado. Ahora, después de que su fallida concesión no generara interés entre las empresas, plantean una gestión interesada, es decir, que sea Burriana la que financie parcialmente el servicio para que los negocios opten por la explotación del recurso.
Y nada cabría objetar por esta medida, más allá de la incoherencia política de quienes garantizaron la gestión pública, de no ser porque en el pliego de condiciones no figura ninguna medida exclusivamente dirigida a atender a los menores de familias con escasos recursos.
Sorprendente que quienes vinieron a salvar a los vecinos no establezcan ninguna prioridad para atender la desnutrición infantil. Para resolver la problemática con la que hicieron campaña y que fundamentó su “Acord per Borriana”.
Del rescate al abandono. El de las personas. Porque en un año los inversores han ignorado a Burriana, desconfiados por la falta del liderazgo de una coalición que no garantiza respuestas. Porque frente a la inversión en las personas, el tripartito ha optado por invertir en ellos mismos. Salvar su continuidad y protagonismo antes que rescatar a sus ciudadanos. Que siguen esperando.