Cirugía estética, más allá de la vanidad
Muchas personas relacionan la cirugía estética con la vanidad, creen que es un lujo reservado para las personas con un alto nivel adquisitivo. Sin embargo, la cirugía estética puede proporcionar beneficios mentales, emocionales y físicos a los pacientes. No es un simple antojo, no es un mero capricho, es una solución rápida y eficaz para los distintos problemas que perjudican la salud, la vida, las relaciones y la autoestima de los pacientes.
Por poner un ejemplo. La cirugía estética del abdomen, conocida como abdominoplastia, que consiste en la extirpación del exceso de piel, la grasa abdominal y la corrección de la flaccidez muscular, ayuda a disminuir el riesgo de obesidad y diabetes en el paciente. El exceso de grasa abdominal libera ácidos grasos que deterioran la capacidad del cuerpo para descomponer la insulina, una hormona que aumenta la probabilidad de desarrollar diabetes 2.
Lo mismo ocurre con la liposucción, que es otro procedimiento quirúrgico que se utiliza para eliminar los depósitos de grasa localizados en distintas partes del cuerpo, y que ayuda a reducir los riesgos de enfermedades del corazón y la presión arterial alta. Ambas operaciones tienen éxito cuando el paciente tiene unas expectativas realistas y es consciente de que no son tratamientos contra la obesidad, ni sirven como reemplazo a la actividad física ni a una dieta saludable. Para muchos, estas intervenciones pueden funcionar como el catalizador necesario para impulsar un estilo de vida saludable a largo plazo.
Hay muchos más ejemplos. Mediante una reducción de pecho se alivia el dolor de espalda y hombro, lo que supone un aumento en la calidad de vida de las mujeres que apuestan por esta intervención. Los párpados caídos, que dañan la vista y causan una apariencia de cansancio, pueden solucionarse a través de la blefaroplastia…
La cirugía reconstructiva es el claro ejemplo de que la cirugía estética va mucho más allá de la vanidad. Las lesiones físicas y los defectos genéticos, desde pequeñas cicatrices hasta grandes deformaciones, pueden afectar de forma muy negativa a las personas. La cirugía reconstructiva, como puede ser la reconstrucción mamaria, está destinada a reconstruir o reparar las zonas dañadas del cuerpo del paciente. Una reconstrucción perfectamente ejecutada puede devolver a una condición casi perfecta a la mayoría de las zonas del cuerpo, dependiendo de la gravedad del caso y de la habilidad del cirujano. Permite, además, que los pacientes tengan una sensación de “curación”; vuelven a sentirse “como ellos mismos” una vez más.
Además de los beneficios para la salud, los procedimientos cosméticos pueden aumentar la confianza y la autoestima de los pacientes, al tiempo que se elimina la ansiedad social que puede causar la falta de confianza en el físico.
