Paco Ramos, gran triunfador de la corrida de beneficiencia de Castellón 2011
Toros de José Luis Marca, bien presentados, con poca fuerza y de juego desigual.
Andi Cartagena, rejón y dos orejas tras un aviso.
Paco Ramos, estocada trasera y dos orejas.
Vicente Prades, estocada y oreja.
Alejandro Rodríguez, media estocada, dos descabellos y saludos desde el tercio.
Abel Valls, dos pinchazos, seis descabellos y palmas tras aviso.
Diego Lleonart, media atravesada, descabello y oreja.
Preside D. José Antonio Gracia, sin complicaciones ante una tarde de benéfica.
Tarde benéfica de toreros locales, con buena aceptación por la afición y de justo reconocimiento a la labor de la escuela Taurina que con mucho esfuerzo y pundonor trabaja para sacar toreros de la Tierra. Toreros que injustamente no aparecen siempre en los carteles de la Magdalena y que muy bien todos ellos podrían alternar con las Figuras distribuidos en todas las tardes de Feria. Confío, que al menos, el triunfo de Paco Ramos le sirva tanto para estar presente en la corrida agosteña de Valldalba, como haberse ganado su puesto en la Magdalena próxima.
Para empezar, no se puede medir con el mismo rasero a aquellos toreros que torean todos los días facilitándoles todos los tentaderos que quieren y toreando en todas las Ferias, que a estos toreros castellonenses que para poder tentar tienen que pedir mil y un favor y que la mayoría hace dos años que no se viste de luces, siendo su única motivación seguir entrenando día a día practicando el toreo de salón sin perder la esperanza de agarrarse a un cuchillo ardiente, para poder subir al tren de las Grandes Ferias, aunque sea en el último vagón y nunca bajarse de él. Pero ésta es una profesión muy difícil, de muchos sacrificios y muy ingrata, donde muchos y muy buenos toreros se quedan en el camino sin alcanzar su objetivo.
Abrió plaza el rejoneador alicantino Andi Cartagena ante un toro soso, parado, reservón, sin ninguna transmisión, que no colaboró en nada con el jinete, teniendo éste que hacerlo todo. Hasta animar a un público frío contagiado por la desapacible tarde. Destacó con su caballo “Pericalvo” en banderillas. Mató de un excelente rejón de muerte y paseó dos generosas orejas.
Paco Ramos, con muchas ganas de triunfo y amor propio torero, recibió al primero de lidia ordinaria de rodillas a porta gayola. Siguió con templadas verónicas y tras brindar al Presidente de la Diputación inició una faena de muleta muy inteligente ante el parado toro de Marca. Sin prisas, sin tirones y sin atacar a su enemigo, Paco enseñó a embestir al toro. Toreó con suavidad, temple y sin brusquedades. Gustándose. Poniendo en práctica la teoría que enseña a sus alumnos en la Escuela Taurina. Buena tanda con la derecha y excelentes naturales, lentos, alargando bien la mano y componiendo la figura. Los que estuvimos allí constatamos que debe subir a ese tren del circuito nacional. Confío en que se lo tomen en cuenta y le den más oportunidades. Mató de una estocada, un tanto trasera pero efectiva y cortó dos merecidas orejas que le sirvieron para salir a hombros por la Puerta Grande.
A Vicente Prades le tocó el toro más bravo de la tarde. Se picó mal y le sobraron muchos capotazos en banderillas para intentar lucirse Vallito. Flaco favor le hizo este banderillero a su matador. los hombres de plata deben trabajar para el lucimiento del Maestro y no pretender ser el centro de las atenciones del público. Aún así el toro, que embestía humillando y con transmisión, se vino arriba en la faena de muleta descubriendo a un Vicente Prades poco toreado. Mató de una excelente estocada que le valió una cariñosa oreja.
A Alejandro Rodríguez le tocó el peor toro de la tarde. Un jabonero con trapío pero sin clase, que se le coló dos veces en el capote por el pitón izquierdo provocándole la desconfianza al torero. Con la muleta trató de justificarse ante el complicado toro que no ayudó a Alejandro a redondear su faena. Dejó algunos naturales con sabor, pero no logró conectar con el público. Para mí le faltó un poco de raza torera. Mató de un pinchazo hondo y saludó desde el tercio ante una gran ovación.
A Abel Valls le tocó un toro muy serio, un cinqueño que saltó a la arena enterándose, de aspecto antiguo, arrogante y altivo, pero que pronto se paró no ofreciendo ninguna oportunidad al alto torero castellonense, uniéndose la sosería de ambos ante ya un aburrido público mojado por la lluvia. Mató mal utilizando dos pinchazos y dos descabellos tras aviso.
Diego Lleonart tuvo un buen toro de Marca aunque vareado de carnes y el más anovillado del festejo, pero con movilidad, al que saludó manejando bien el capote. Se le vio dispuesto y con ganas de triunfo en su presentación como matador de toros en su plaza de Castellón. Corrió bien la mano en ambos pitones pero no llegó a tomarle la distancia que le pedía el toro, lo que propició que la faena fuera de más a menos. Un pinchazo, media atravesada y un descabello que le valió una benéfica oreja.
Buena la banda de música municipal de Castellón, pero eché en falta el pasodoble “Pan y Toros” típico en el paseíllo del coso castellonense. No debe perderse esta tradición.