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Por Manuel Guisande
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¿Por qué siempre hay gente que le duele algo?

    Este 30 de octubre (y los demás también, claro) estuve de cumpleaños, lo digo porque aún no es tarde y si quieres regalarme tabaco, ya sabes (Rúa do Castro 9-3º 15.300 Betanzos - La Coruña), que hay que aprovechar todo, pero ¡¡¡ menudo año !!!. Y como el siguiente sea así...

    Han sido 365 días en los que los hay que la verdad son la alegría de la huerta. Te encuentras con uno, le preguntas qué tal y lo primero que te dice es: «Pues tengo no sé qué que me duele aquí...», «es que desde hace unos meses, en esta zona...». Y los hay de dos clases: los que señalan el sitio y hasta los que levantan la camisa y dicen «¿no notas?». «toca, toca...».

    Que voy a notar que voy a notar so mamón; más que notar siento y pienso que no sabes lo bien que te quedaría una mortaja, te va una mortaja a ti..., y estar callado, bueno estar callado.... ni te lo imaginas como te quedaría estar calladito.

    Yo sinceramente no sé porqué la gente sale a la calle en este plan con la de cementerios que hay; sinceramente no lo entiendo y hasta creo que hay tíos que realmente cuando nacieron ya no debieron de haber salido del hospital, deberían haber quedado en la incubadora y los findes, pues a pasear por las distintas Unidades: Endocrinología, Reumatología, Dermatología, Cardiología, Psiquiatría... vamos, todo lo que termine en «ía» les va...

    Te lo creerás o no, pero yo tuve un intimo amigo, que luego pasó a ser simplemente amigo, luego a conocido y ahora... me callo. El caso que es tal plasta con sus malestares físicos que en el móvil lo tengo por la letra T, T de Tristón, por si llama no coger el teléfono, no vaya a ser que me equivoque.

    Yo al principio, por eso de ser educado me ponía al teléfono, hablaba con él y apunto estuve de matricularme en Medicina, sabía tanto de sus articulaciones, pero tanto que llegó a un punto que cuando él hablaba yo ya no articulaba palabra, solo oía y llegué a tener un oído, que hasta dudé si hacerme otorrino.

    Pero yo ahora esto lo solucioné con el móvil. Cuando alguien empieza que me duele tal o cual, digo: «Perdonad, que me llaman» y si estoy en una terraza saco de móvil y me doy unos paseos, de vez en cuando me acerco a la mesa y si siguen con temas médico-clínicos, yo con el móvil en la oreja de un lado para otro como si nada, y funciona esto...

    Hombre, mejor sería gasear al plasta, pero como no dejan... pues yo... momento Orange, pero con Vodafone o Movistar, también vale, todo menos el momento Nescafé porque estar sentado junto a uno de estos elementos, con una tacita en la mano y sin moverse... imposible.

     

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    comentarios 3 comentarios
    Manuel Guisande
    Manuel Guisande
    05/11/2014 04:11
    ¿Descartar?

    Vale, descartemos lo de "violencia de género", que eso de la violencia... no mola, pero un envenenamiento.... es que no sé si el envenenamiento es violencia de género. Pero supongamos que lo sea también ¿Y si le pones unas chuletas de esas a lo bestia que se necesitan unas 4 dentaduras postizas para hincarle el diente? Al mejor así.. se retira, pero igual esto es violencia psicológica. ¿Dices 95?, venga si ya te queda poco ;) Un abrazo y gracias por tu comentario

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