El moderado impacto de la COVID-19 en el sector agro
El sector agroalimentario resiste a la crisis sanitaria y económica, en términos de producción y empleo, mucho mejor que otros sectores, según cifras de la patronal FIAB
El sector agroalimentario ha sorteado la crisis derivada de la expansión del coronavirus con un balance relativamente positivo, registrando un descenso de la producción y del empleo muy inferior a lo que se espera para otros sectores, especialmente aquellos que dependen de la interacción social, el turismo y el canal HORECA (hoteles, restaurantes y cafeterías), según el informe ‘En clave Agro’, elaborado por Bankia Estudios.
Las cifras que maneja la patronal FIAB apuntan que la producción del sector descenderá en 2020 entre un 4% (escenario más optimista: no hay rebrote del virus) y un 8% (si se produce una segunda oleada del virus en otoño). Esto se traduciría en menores ingresos, hasta los 115.000-110.000 millones de euros, dependiendo del escenario. En el peor de los casos, significaría volver a niveles de 2016.
Sin embargo, la situación es dispar por subsectores. Y esta situación contrasta con lo vivido en los sectores ovino y caprino, que vieron descender sus ventas en un 95% en las primeras semanas del estado de alarma, o en el del cerdo ibérico, con caídas del 90% interanual de las ventas en las semanas de mayor confinamiento. Los sectores pesquero, el del vino y el de la flor cortada también han anotado un comportamiento similar.
También han resultado perjudicados el sector apicultor, debido a los sobrecostes que le está suponiendo la crisis, y el sector lácteo, que está alertando de los enormes excedentes de producción que existen en el conjunto de países de la UE.
Aumento de la afiliación media
En cuanto al mercado laboral, aún resulta más claro el menor impacto de la crisis sobre el sector agroalimentario: entre febrero y mayo, ha sido uno de los pocos sectores que anota un aumento de la afiliación media, tanto en el Régimen General (+5,9% vs -4,1% de media) como en el de Autónomos (+0,3% vs -1,1%).
La utilización de los instrumentos para contener la destrucción de empleo (ERTEs y prestación extraordinaria por cese de actividad de los autónomos) ha sido muy escasa en este sector en comparación con otros.
De este modo, a cierre de mayo, del total de trabajadores sujetos a un ERTE solo 2.266 eran agrarios (apenas el 0,08% del total), mientras que, de los autónomos acogidos a la prestación extraordinaria, solo 9.917 (0,7% del total).
Estos datos muestran que las ramas agrarias y ganaderas son las únicas que han aumentado la ocupación en los últimos meses, tanto en términos de afiliación como en términos de “empleo efectivo”, es decir, descontando de los afiliados los afectados por ERTEs y cese de la actividad de los autónomos.