Investigadores valencianos encuentran el origen de la fascioliasis, enfermedad prioritaria en el sudeste de África
Esta enfermedad es una zoonosis de transmisión vectorial por pequeños caracoles dulceaquícolas anfibios y causa innumerables pérdidas económicas en ganadería
El equipo de la Unidad de Parasitología Sanitaria de la Universitat de València (UV), centro colaborador oficial de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en Ginebra y Centro de Referencia mundial de la FAO/Naciones Unidas, ha conseguido dilucidar el origen de la fascioliasis, una enfermedad parasitaria causada por dos especies de helmintos del grupo de los trematodos, las duelas del hígado Fasciola hepatica y F. gigantica. La Organización Mundial de la Salud incluye la fascioliasis en la lista de enfermedades desatendidas prioritarias.
Un amplio estudio multidisciplinar desarrollado por personal científico de la Universitat de València y la University of Limpopo (Sudáfrica) ha permitido deducir que F. gigantica se originó en el sudeste de África por especiación consecuente a fenómeno de captura desde hipopótamos a bóvidos arcaicos durante el Mioceno, hace unos 13,5 millones de años. Por su parte, F. hepatica se originó en el Próximo Oriente también por fenómeno de captura desde hipopótamos a ovicaprinos a finales del Mioceno o principios del Plioceno, hace entre 6 y 4 millones de años, en la región que posteriormente constituyó el denominado “Fértil Creciente”, donde tuvieron lugar los primeros pasos de la domesticación y con ello el comienzo del Período Neolítico.
Esta enfermedad es una zoonosis de transmisión vectorial por pequeños caracoles dulceaquícolas anfibios y causa innumerables pérdidas económicas en ganadería. Su importante impacto en salud pública se debe a su gran patogenicidad, con secuelas post-tratamiento, efectos neurológicos extremos y oculares incluyendo hasta ceguera irreversible, e inmunosupresión facilitante de coinfecciones conducentes a alta morbilidad e incluso muerte. Da lugar a situaciones de marcado subdesarrollo en las comunidades rurales afectadas. Se trata de la única trematodiasis humana de distribución mundial y muestra una gran heterogeneidad en patrones de transmisión y situaciones epidemiológicas, que dificultan la definición de medidas preventivas e iniciativas eficaces de control.
Santiago Mas-Coma, profesor emérito del Departamento de Farmacia y Tecnología Farmacéutica de la UV, destaca que los numerosos estudios genéticos destinados a esclarecer la evolución de esta enfermedad en las diferentes regiones del mundo “demuestran la existencia de un efecto fundador y sugirien una diseminación de la fascioliasis humana y animal a partir de uno o pocos centros origen. De aquí la importancia trascendental de poder establecer el origen de los dos agentes causales y comprender las estrategias utilizadas por estos parásitos para haberse podido expansionar mundialmente”.
Hasta la fecha, el origen de las fasciolas se basaba en meras hipótesis, debido a las dificultades en desentrañar lo acaecido en un pasado remoto. Pero, inesperadamente, la oportunidad de caracterizar molecularmente a fasciolas propias y específicas de hipopótamos en África del Sur y su análisis genético comparado con F. hepatica y F. gigantica de todo el mundo, además de otros fasciólidos de elefantes asiáticos y cérvidos norteamericanos, ha proporcionado la base evolutiva y el reloj molecular adecuados para desentrañar este galimatías multidisciplinar. Adela Valero, catedrática del mismo Departamento de Farmacia de la UV resalta: “a veces la respuesta se encuentra donde menos se espera. A nadie se le había ocurrido que la clave se encontrara en los hipopótamos”.
María Dolores Bargues, también catedrática del mismo Departamento de Farmacia de la UV, termina refiriéndose a que “estos descubrimientos ofrecen la base de partida para poder reconstruir la expansión mundial de esta enfermedad y establecer cuáles son las estrategias que estos dos parásitos utilizan para poder expansionarse hasta cubrir casi todo el mundo, incluyendo áreas muy extremas de endemia humana tanto a gran altitud como en el Altiplano Boliviano a 3800-4100 m, como en el Delta del Nilo a nivel del mar en Egipto, y desde el Sur de la Patagonia hasta el desierto del Sahara i casi todo Asia y oceanía”.