La hostelería valenciana fija en un 67% las pérdidas de facturación tras tres meses se restricciones severas
CEOH exige ampliar el cierre a las 22 horas, aforo interior al 50% y servicio en barra
Hosteleros de la Comunitat Valencia han protagonizado el acto central de las protestas del décimo día de la acampada del ocio nocturno 13A, ante las puertas del Palau de la Generalitat, para reclamar al Consell, despertadores en mano y sonando al unísono, que la Comisión Interdepartamental, de hoy jueves 22 de abril, alargue el horario de cierre hasta el toque de queda, actualmente decretado a las diez de la noche, y que empiece la verdadera cuenta atrás para la desescalada del sector.
Con este acto, han querido manifestar que las pymes hosteleras no pueden seguir ni una semana más con facturaciones medias del 32%, o lo que es lo mismo, un 67% menos de lo habitual en tiempos precovid, ya que su capacidad de resistencia está llegando al límite tras tres meses de severas restricciones y con un mes de cierre total.
En este sentido, han pedido al Consell que “despierte ya” y extienda el horario de cierre a las 22.00 horas, porque trabajar con cualquier otra franja es inviable y porque la actual situación está siendo una “auténtica pesadilla” y “mal sueño” para los hosteleros.
Además, como ya trasladó la Coordinadora Empresarial de Ocio y Hostelería de la Comunitat Valenciana ( CEOH) en las dos últimas Mesa de Trabajo para la desescalada del sector, con la Conselleria de Sanidad y la Secretaría Autonómica de Turismo, reclaman la ampliación del aforo en interiores al 50% mínimo y la recuperación del servicio en barra. Unas medidas que deberían entrar en vigor el próximo lunes 26 de abril, como paso previo al final del Estado de la Alarma, el próximo 9 de mayo, en el que la hostelería y el ocio deben avanzar hacia la normalidad.
Desde la CEOH, insisten en que los actuales datos de evolución sanitaria, con la incidencia más baja de toda España y gran parte de Europa, la Generalitat debe atender las peticiones de los hosteleros, que son necesarias para un sector que ha perdido 1.017 millones de euros en el primer trimestre del año, ha sufrido el cierre definitivo del 30% de sus establecimientos en un año y la destrucción de cerca de 40.000 puestos de trabajo directos e indirectos.