El gobierno declara Zona Catastrófica los lugares arrasados por la DANA: ¿Qué implica y cómo se activa?

Valencia sigue sumergida en la desesperación y desolación después de lo acontecido estos días, un desastre natural en forma de DANA de magnitud incalculable que ha dejado a su paso una estela de destrucción que transforma radicalmente la vida de las personas afectadas y su entorno.

Una de las expresiones que más estamos escuchando es la de zona catastrófica, y es que cuando los daños son tan extensos y las necesidades tan urgentes, se puede declarar una zona como tal. Esta semana el Gobierno lo ha declarado para las zonas afectadas por el temporal.

Pero, ¿Qué implica esta declaración y cuáles son los procesos que la llevan a cabo?

¿Qué es una zona catastrófica?

Una zona catastrófica es un área geográfica que ha sufrido un evento adverso de tal magnitud que ha causado daños significativos en infraestructuras, economía y, lo más importante, en la vida de las personas. Estos daños pueden ser materiales, como la destrucción de viviendas, carreteras o cultivos, o personales, como víctimas mortales, heridos o desplazados. Además, suele haber una interrupción grave de los servicios esenciales, como el suministro de agua, electricidad o comunicaciones.

Esta declaración facilita la adopción de medidas extraordinarias: ayudas directas a afectados, exenciones fiscales o subvenciones por daños en infraestructuras.

Ayer, se acordó para municipios afectados por la DANA.

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— Info DANA (@InfoDanaGob) November 6, 2024

Los daños pueden estar provocados por fenómenos naturales y, también, por acciones humanas que deriven en una emergencia de protección civil. 

¿Cómo se declara una zona catastrófica?

La declaración de una zona como catastrófica es un proceso que involucra diferentes niveles de gobierno y suele seguir una serie de pasos:

• Evaluación de los daños: Tras el suceso, equipos especializados evalúan los daños causados, tanto a nivel material como humano. Se analiza la extensión de la zona afectada, la gravedad de los daños y el impacto en la población.
• Solicitud de declaración: Las autoridades locales, generalmente los ayuntamientos o las comunidades autónomas, solicitan al gobierno central la declaración de zona catastrófica. En esta solicitud se detallan los daños sufridos y se justifica la necesidad de activar los mecanismos de ayuda y recuperación.
• Análisis a nivel nacional: El gobierno central, a través de los organismos competentes en protección civil, analiza la solicitud y la información proporcionada. Se evalúa si los daños cumplen los criterios establecidos para declarar una zona como catastrófica.
• Publicación en el Boletín Oficial del Estado: Si se decide declarar la zona como catastrófica, se publica esta decisión en el Boletín Oficial del Estado (BOE) o en el equivalente a nivel autonómico. Esta publicación oficial da inicio a los procedimientos de ayuda y recuperación.

¿Qué implica declarar una zona catastrófica?

La declaración de una zona catastrófica implica varios aspectos tanto para las personas afectadas como para las administraciones públicas:

• Movilización de recursos: Se destinan fondos adicionales para la reconstrucción de infraestructuras dañadas, la reparación de viviendas y la provisión de servicios esenciales.
• Ayudas económicas: Se establecen ayudas económicas directas para las personas y empresas afectadas, como subvenciones para la reparación de viviendas o préstamos a bajo interés para la reactivación económica.
• Exenciones fiscales: Pueden establecerse exenciones fiscales temporales para aliviar la carga económica de los afectados.
• Prioridad en la ejecución de obras: Los proyectos de reconstrucción y reparación tienen prioridad en la asignación de recursos y permisos.

En definitiva, que el Estado declare una zona catastrófica implica que es él quien se encargaría de reparar los daños materiales, y poner en marcha ayudas para las empresas y trabajadores.

¿Por qué es importante declarar una zona catastrófica?

La declaración de zona catastrófica es fundamental para garantizar una respuesta rápida y efectiva ante un desastre natural. Permite movilizar los recursos necesarios para atender las necesidades de las personas afectadas, acelerar los procesos de recuperación y reconstrucción, y evitar que la situación se agrave.