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Un mes después de la DANA: las heridas abiertas en los municipios valencianos

Un mes después de la DANA: las heridas abiertas en los municipios valencianos
  • Radiografía del día más fatídico: ¿Estamos preparados para otra DANA? Las lecciones y desafíos tras la peor tormenta en décadas

Hoy, 29 de noviembre, se cumple un mes desde que la Comunitat Valenciana viviera una de las jornadas más complicadas de su historia reciente. Una DANA (Depresión Aislada en Niveles Altos) descargó lluvias torrenciales que dejaron municipios anegados, carreteras cortadas, centenares de evacuados y una sensación de vulnerabilidad que todavía persiste. Este fenómeno meteorológico extremo, ampliamente anunciado por los expertos, puso a prueba la capacidad de reacción de las autoridades y el espíritu de resiliencia de la población.

En este artículo hacemos un repaso cronológico de los hechos, analizamos cómo se vivieron aquellos momentos y cómo están, un mes después, los municipios más afectados, muchos de los cuales claman sentirse olvidados.

La antesala de la catástrofe: alertas tempranas y avisos de peligro extremo

La semana previa al 29 de octubre, la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) ya había advertido de la llegada de una DANA que afectaría principalmente a las provincias de Valencia y Castellón. El aviso amarillo evolucionó rápidamente a naranja, pero fue durante la madrugada del 29 de octubre cuando la situación cambió drásticamente.

A las 7:31 horas, AEMET activó el aviso rojo, el nivel más alto de alerta, para el interior norte de Valencia, extendiéndolo pocos minutos después al litoral sur. Este nivel indica peligro extremo, con probabilidad de lluvias superiores a 180 litros por metro cuadrado en pocas horas. El aviso llegó en un momento crítico, con miles de personas desplazándose hacia sus lugares de trabajo y colegios.

La mañana que marcó un antes y un después

De las primeras gotas al diluvio

En localidades como Chiva y Turís, las primeras lluvias comenzaron al amanecer, pero no tardaron en intensificarse. A partir de las 8:30 horas, las precipitaciones adquirieron una fuerza inédita. En Chiva, se registraron 435,8 litros por metro cuadrado, con un pico de 343 litros en solo cuatro horas. Esta cifra superó todos los registros históricos de la localidad.


En Turís, las lluvias alcanzaron un ritmo todavía más intenso, con un acumulado total de 771 litros por metro cuadrado en 24 horas, de los cuales 184,6 litros cayeron en apenas 60 minutos, un auténtico récord en la Comunitat Valenciana.

Primeras consecuencias

A medida que avanzaba la mañana, las imágenes que llegaban desde distintas localidades empezaban a dibujar un panorama desolador: carreteras convertidas en ríos, vehículos arrastrados por la corriente y casas completamente inundadas. En municipios como Torrent, Paiporta y Alfafar, el agua comenzó a entrar en viviendas y comercios, dejando a muchas familias atrapadas.


Mediodía: colapso y desesperación

Todo parecía indicar que el temporal amainaría hacia la tarde e incluso se iría desplazando hacia el norte. Sin embargo, las condiciones meteorológicas siguieron empeorando y las precipitaciones caídas en las partes altas de ríos y barrancos acabarían bajando a las zonas más inundables. En las horas centrales del día, los servicios de emergencia quedaron saturados: el 112 recibió más de 5.000 llamadas, con tiempos de espera que llegaron a los dos minutos.


Desbordamientos de ríos y barrancos

El río Magro, a su paso por localidades como Montroi y Real de Montroi, se desbordó, inundando calles enteras. En otros puntos, como Alzira y Cullera, barrancos y acequias desbordadas arrasaron cultivos, generando pérdidas millonarias para los agricultores.

La alerta ES-Alert

A las 20:11 horas, cuando el temporal ya había causado estragos en gran parte de la provincia, se emitió una alerta a través del sistema ES-Alert (el sistema de alertas a móviles de Protección Civil). Este mensaje llegó tarde para muchos, que ya estaban atrapados en sus casas o habían sufrido daños irreparables.

Impacto acumulado en los municipios

Chiva y Turís: el epicentro de la tormenta

Las localidades del interior de Valencia fueron las más castigadas, con lluvias que superaron los 700 litros como en Turís. En Chiva, además de los daños materiales, la fuerza del agua provocó el colapso de varias infraestructuras, incluyendo puentes y caminos rurales. En municipios como Utiel, los vecinos relatan cómo tuvieron que refugiarse en los tejados para evitar ser arrastrados por la corriente.


En localidades del área metropolitana de Valencia, los barrios bajos quedaron anegados y muchas han sido las poblaciones que han estado semanas con las escuelas totalmente cerradas durante días debido a los daños en las instalaciones, y aún hoy algunas familias no han podido regresar a sus hogares.

Un mes después: la difícil recuperación

La queja de los afectados: "Nos sentimos olvidados"

Un mes después, la sensación generalizada entre los habitantes de las zonas afectadas es de abandono. Aunque las administraciones han anunciado medidas de emergencia y ayudas económicas, muchos municipios siguen lidiando con los efectos de la tormenta.


En Chiva, gran parte de las infraestructuras rurales siguen intransitables, dificultando las labores agrícolas.

En Alfafar, las viviendas sociales destinadas a realojar a los afectados aún no están listas debido a problemas técnicos.

En Torrent, los daños en colegios e instalaciones públicas aún no han podido ser reparados.


Ayudas y promesas

El Gobierno ha destinado un paquete de ayudas de 30 millones de euros, pero los vecinos aseguran que estas son insuficientes. "Las ayudas no cubren ni una cuarta parte de las pérdidas", explica un agricultor de Alzira, quien calcula que ha perdido más de 50.000 euros en cosechas.


El desafío ante futuras inundaciones en la Comunitat Valenciana

La DANA del 29 de octubre demuestra la vulnerabilidad de la Comunitat Valenciana ante fenómenos meteorológicos extremos. Entre las principales demandas de la ciudadanía se encuentran:

  • Mejorar los sistemas de alerta temprana, para evitar situaciones como la tardía activación del ES-Alert.
  • Invertir en infraestructuras de drenaje, especialmente en áreas urbanas y rurales propensas a inundaciones.
  • Acelerar la respuesta institucional, con ayudas más rápidas y eficaces.

Este episodio ha dejado cicatrices profundas, pero también ha evidenciado la capacidad de la sociedad valenciana para unirse en momentos de adversidad. Un mes después, el camino hacia la recuperación sigue siendo largo, pero las lecciones aprendidas pueden ser el punto de partida para estar mejor preparados en el futuro.


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