La demanda creciente de la algarroba para la alimentación y cosmética dispara el precio de este fruto seco
Los agricultores valencianos exigen reforzar la vigilancia de la algarroba ante la revalorización del cultivo
La Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-ASAJA) exige a todas las administraciones con competencias en seguridad rural la puesta en marcha de un plan especial de vigilancia coordinado, dotado con suficientes medios y destinado a combatir los robos de algarrobas en el campo valenciano. La organización agraria argumenta la necesidad de esta medida ante la revalorización que atraviesa este fruto seco debido a su creciente demanda en distintos sectores como la alimentación y la cosmética.
El presidente de AVA-ASAJA, Cristóbal Aguado, remarca que “los robos son la principal amenaza a la que se enfrentan los productores de algarroba porque los ladrones se sienten lógicamente atraídos por un cultivo que en los últimos tres años ha pasado de ser residual a experimentar una alta demanda por sus nuevos usos industriales. Todas las campañas hemos hecho hincapié en la seguridad porque es una barbaridad toda la cosecha que pueden llevarse las bandas organizadas en unas pocas horas, incluso antes de que el fruto alcance el grado óptimo de madurez y el propietario de la explotación vaya a recolectar. Pero este año, con unos precios tan interesantes, resulta más imprescindible que nunca que se impidan unos delitos que dejan a los afectados sin los beneficios de todo el año”.
AVA-ASAJA insiste en concentrar los esfuerzos tanto en las explotaciones como en los puntos de recepción de la mercancía sustraída porque esta estrategia estrangula la demanda en el mercado negro. “Está en juego –señala Aguado– no solo la actual campaña sino el crecimiento que el sector augura a este cultivo, ya que la mejor rentabilidad ha llevado a recuperar campos de secano que se habían dejado de cuidar y a plantar nuevos en áreas de regadío. Sería imperdonable que por culpa de no frenar los robos, la agricultura valenciana perdiera una oportunidad tan prometedora en medio de una grave crisis generalizada de rentabilidad”.
Según AVA-ASAJA, las cotizaciones en origen se han multiplicado por cinco, tanto es así que su cotización se ha disparado en el campo alcanzando precios muy positivos por los agricultores, superando el euro por kilo. “Hace 5 años se pagaba a 20 céntimos el kilo y no te merecía la pena ni recogerla, pero desde entonces su precio empezó a subir y ahora es muy aceptable”, apuntan los productores de algarroba.
Para poder realizar la venta de sus productos, los agricultores deben presentar los datos de ubicación de su explotación y el número de inscripción en el Registro General de la Producción Agrícola (REGEPA), no obstante, existen comercios privados y puntos de venta ilegales que no exigen esta documentación y a ellos acuden los ladrones a vender los frutos sustraídos. Además, a fin de esquivar la normativa vigente los ladrones entregan el producto en pequeñas cantidades y cuantías para aminorar las eventuales consecuencias penales. En los últimos días ya se han detectado numerosas ventas sospechosas en portales online debidas al “mercado negro” de este producto. En este sentido, “es necesaria una implicación a fondo de la Guardia Civil, las fuerzas de seguridad y los ayuntamientos para controlar el origen de los frutos y erradicar la lacra de los robos en el campo, puesto que la inseguridad que viven los agricultores genera el abandono de los cultivos”, apunta Aguado.
El cultivo de la algarroba en la Comunitat está experimentando un auge en los últimos años propiciado por los usos de carácter industrial que se han encontrado para este fruto. A ello se suma el incremento de la demanda de algarrobas por parte de una industria, que ha descubierto en los espesantes obtenidos de su semilla –el garrofí– una fuente para la elaboración de productos como papillas para bebes, cosméticos o harinas para chocolates y bizcochos. En definitiva, todas las posibilidades que ofrece este cultivo han provocado su revalorización.