Compromís propone una nueva norma comercial para que no se importen cítricos que no cumplan las leyes españolas
La formación exige con una moción que se aplique la reciprocidad a las naranjas de países como Sudáfrica
El portavoz de Compromís, Carles Mulet, ha explicado hoy que la formación valencianista ha registrado en el Senado una moción para reclamar una coherencia normativa y de criterios a la hora de comercializar en el Estado español producciones agrícolas de países terceros. La propuesta busca una implicación más decidida del Gobierno para liderar la reivindicación de reducir en los productos agrícolas que podemos encontrar en nuestro país los pesticidas químicos, algo que mejorará la biodiversidad y el medio ambiente al reducir las sustancias persistentes, bioacumulables y tóxicas presentes, lo que va en la línea de la Estrategia “de la Granja a la Mesa”.
“Lamentablemente estas buenas intenciones chocan con la permisividad con los fitosanitarios que minan la población de polinizadores y con unas producciones europeas que compiten con inferioridad con productos importados de fuera de la Unión Europea que no siguen los mismos criterios, algo que no es garantista con la salud, la prevención de presencia de químicos en los alimentos y con la sanidad vegetal”, explica el representante de la coalición valenciana en la Comisión de Agricultura de la Cámara Alta. La ambiciosa iniciativa de Compromís ha contado en su redacción con la colaboración de organizaciones agrarias como La Unió y han sido consultados técnicos de la Conselleria de Agricultura con el objetivo que dé la respuesta que precisan los sectores económicos afectados “y despierte un amplio consenso”, ya que en opinión de Mulet “hay acuerdo con que es necesario introducir elementos de justicia en las reglas de las importaciones para evitar la llegada de plagas, residuos no autorizados a nuestros agricultores y respetar al planeta. Es decir: sostenibilidad y seguridad alimentaria”.
El portavoz de Compromís ha recordado como en la presente y anteriores legislaturas, se han debatido distintas iniciativas, aprobadas o no, referidas a los problemas que sufren los agricultores y la producción citrícola por la insensibilidad de los gobiernos central y europeo hacia sus producciones. Iniciativas que han partido de cosechas perdidas, de puestos de trabajo destruidos, por los efectos colaterales de tratados que cabe concluir que fueron mal o muy débilmente negociados en sus contenidos y requisitos sobre protección de la salud de las poblaciones y la sanidad vegetal de la UE, como el firmado con los países de Sudáfrica, “que están destruyendo un sector y permitiendo que se envenenen los mercados europeos y los consumidores europeos con fruta que compite deslealmente con la producida en nuestro Estado con todas las garantías sanitarias y respeto por el medio ambiente”, ha remarcado.
Modelos familiares
Mulet ha considerado “muy graves” los costes de oportunidad desde todas las perspectivas de la sostenibilidad, “de no cuidar y de abandonar a la suerte de los mercados el modelo europeo de sector agroalimentario multifuncional y los modelos de explotación agrícola familiar”, que son el soporte y un elemento clave de las economías y la sociedad de la Unión Europea, por lo que es necesario el apoyo a las cadenas de suministro más justas y locales, así como las buenas prácticas agrícolas.
Entre otros muchos aspectos la moción pide garantizar con la UE la preservación de la salud, el medio ambiente, la sanidad fitosanitaria y la competencia en igualdad de condiciones, “especialmente durante la presidencia semestral de la UE en 2023”. Ello pasa por tratamientos en frío para el control de plagas, reforzar el control en frontera de patógenos y que la PAC compense y cubra los costes adicionales y de los nuevos requisitos en los que incurran los productores en los próximos años, de forma que eviten un incremento en los precios como consecuencia de las nuevas normativas o plagas para las que no existen suficientes alternativas ecológicas, así como que se promueva desde la PAC el fomento de las cadenas de suministro cortas, cuando se dispone de producción local. La iniciativa recuerda que la campaña de promoción de cítricos aprobada por el Senado en noviembre de 2017, hace cinco años, así como la creación de un distintivo para los cítricos de origen español, sigue sin materializarse.