Sonia Olea: «Uno de los mayores escollos en la defensa de una vivienda digna es cambiar la mentalidad para que se considere un derecho humano»
La comisionada de Cáritas Internacional ante Naciones Unidas para el Derecho Humano de Vivienda, Sonia Olea Ferreras, ha asegurado que «cambiar la mentalidad social que aún no considera la vivienda como un derecho humano, sino como una recompensa al esfuerzo, es uno de los principales escollos que nos encontramos a la hora de defender las situaciones de violación de este derecho, como los desalojos o desahucios».
La abogada ha impartido la conferencia «El litigio estratégico en el ámbito de los derechos económicos, sociales y culturales (DESC)» en la segunda sesión del curso de la Universidad de Verano de la UJI «Litigio estratégico en materia de derechos humanos» que se desarrolla en el Hotel El Palasiet de Benicàssim bajo la coordinación de los catedráticos de Derecho Internacional de las universidades de València y Jaume I, Jorge Cardona y Mariano Aznar.
Según la experiencia de Olea, quien forma parte del Grupo de Monitoreo de la Sociedad Civil para el cumplimiento de los dictámenes del Comité DESC en España, el proceso para defender el derecho a vivienda en nuestro país ha sido complicado «porque ni el gobierno ni las asociaciones o entidades que reclamaban en defensa de las personas afectadas tenían claro el procedimiento». En estos momentos, la experiencia les ha proporcionado una forma de proceder, pero también ayudará la llegada del reglamento provisional en virtud del Protocolo Facultativo del Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales.
Olea ha explicado que España ha sido condenada en seis ocasiones por vulnerar el derecho humano a una vivienda adecuada y que el Comité DESC de Naciones Unidas tiene aún pendientes de resolver 131 casos de nuestro país, la mayoría de ellos radicados en la Comunidad Autónoma de Madrid, donde aún no existe una Ley sobre Vivienda. El resto de países con casos pendientes de resolver en materia de vivienda son Ecuador, con cuatro, Francia, Italia y Argentina, con dos cada una, y Uruguay, Bélgica, Portugal y Luxemburgo, con uno cada país.
Como integrante del Equipo de Incidencia de Cáritas Española, Olea ha comentado que esta organización cuenta con una extensa red de colaboración por todo el territorio español que alerta sobre los casos de vulneración de derechos y que se está impartiendo formación para que los casos que se produzcan sean más sencillos de identificar. «Uno de nuestros logros -ha indicado- ha sido enlazar a todas las personas que se estaban moviendo por los derechos humanos. Ahora nos queda el reto de conseguir que sean las personas a quienes les han vulnerado los derechos quienes relaten lo ocurrido y lo hagan en el lenguaje que les sea más cómodo, el relato escrito u otras expresiones como la pintura, la fotografía o la música».
