Castellón despide las fiestas a grito de Magdalena Vítol
A las 21:30 horas empezó el Desfile Final de Fiestas, que tuvo su inicio en la Avenida Rey Don Jaime, concretamente a la altura del edificio de Correos. Gaiateros, madrinas, charangas y Reinas recorrieron las calles más céntricas de la ciudad bailando al son del 'Rotllo i Canya' o amenizando el pasacalles al público, que aguardaba su entrada en la Plaza Mayor en las aceras de las calles Colón, En medio, Gasset, Mayor y Arcipreste Balaguer.
Al llegar a la Plaza Mayor, repleta de castelloneros que aguardaban casi en la penumbra el tradicional Magdalena Vítol, la Reina encendió la mecha de la Gran Traca Final, que este año corría a cargo del conocido taller Pirotecnia Reyes Martí de Burriana. Como viene haciéndose desde hace muchos años, algunos atrevidos corrieron la traca por las calles, ya que partiendo de la Plaza Mayor, recorrió Vera, Gasset, Puerta del Sol, Ruiz Zorrilla, Avenida Rey Don Jaime, San Vicente, Ronda Mijares, Zaragoza, Colón, Enmedio, San Roque, San Felix y Colón hasta llegar al de nuevo Fadrí con el propósito de que todo Castellón o al menos la zona más céntrica, escuchase el sonido del final de fiestas.
Entre los diferentes espectáculos que amenizaron la velada al aire libre hubo bailes regionales, también trapecistas que se descolgaron por el Fadrí y desde una grúa, pero lo más impactante fueron los fuegos artificiales que iluminaron la plaza y que fueron disparados desde el mismo techo de la Catedral, el Campanario o el Mercado Central.
Y mientras las Reinas 2017 se despedían del público desde el balcón del ayuntamiento con pañuelo en mano, la gente fue saliendo de la Plaza Mayor. Solo algunos curiosos, la prensa y los miembros de las gaiatas esperaron a las Damas de la Ciudad 2017 y madrinas a salir del ayuntamiento del municipio, faltaba un acto más, que en petit comité se celebra para todos los entes del mundo de la fiesta de La Magdalena, el 'Vitolet', el mismo grito que horas antes pero más bajito y al lado del Fadrí para toda esa gente que llora el doble el final de las fiestas, que para ellos no volverán a ser iguales.
