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Informe FOESSA 2022

6 de cada 10 hogares de la Comunitat se ve afectado por alguna situación de exclusión

6 de cada 10 hogares de la Comunitat se ve afectado por alguna situación de exclusión
  • Cáritas alerta sobre los graves efectos que la crisis ha tenido con las personas en riesgo de exclusión y desarrollo social

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Cáritas Comunitat Valenciana ha alertado esta mañana de los graves efectos de la crisis resultado de la pandemia sobre la población en nuestro territorio, en la presentación del Informe FOESSA 2022 sobre Exclusión y Desarrollo Social en la Comunitat Valenciana. Dicho informe, que forma parte de un amplio trabajo en el ámbito estatal desarrollado por 30 investigadores de diez universidades y entidades de investigación.

El coordinador del informe, Daniel Rodríguez de Blas apunta, entre otras realidades, a que “el tsunami que ha supuesto esta crisis se ha llevado por delante a un buen número de hogares que disfrutaban de una posición privilegiada de integración plena. Si en 2018 más de la mitad de las familias en la Comunitat Valenciana se encontraban en esta situación, ahora son solamente el 37,5 por ciento de ellas las que no se ven afectadas por ninguna situación de exclusión”.

“El Informe FOESSA 2022 ha sacado una fotografía sobre la situación de exclusión e integración en España, que nos anima a actuar y no hay que olvidar que detrás de cada dato hay una persona, un individuo, una familia que sufre”, según el Ignacio Grande Ballesteros, director de Cáritas Diocesana de Valencia y presidente de Cáritas Comunitat Valenciana.

El obispo Auxiliar de Valencia, Arturo Ros, ha hablado sobre dichos datos, comentando que “los datos que vamos a escuchar nos producen tristeza y angustia real pero que FOESSA nos dice las cosas muy claras con la intención de tocarnos el corazón”. Además, ha destacado un encuentro de hace unos días con el papa Francisco, en el que el pontífice respondía a la pregunta de como salir de esta situación con tres palabras: “Cercanía misericordia y ternura”

Desigualdad y nuevas brechas

El Informe FOESSA de la Comunitat Valenciana constata, además, que la desigualdad ha crecido en un año tanto como durante toda la crisis del año 2008. Se han separado las realidades de quienes han mantenido su trabajo de manera ininterrumpida durante este periodo de crisis y quienes se enfrentan a una situación de desempleo sin protección social, o de empleo reducido en jornada o en remuneración.

«Si dividimos nuestra sociedad en un edificio de cinco plantas, siendo la primera planta los que menos ingresos tienen y la quinta planta los vecinos con más ingresos, los vecinos que más renta han perdido han sido los del primero, los más pobres, y los únicos vecinos que no perdieron rentadurante la pandemia, sino que la ampliaron, fueron los vecinos más ricos, los del quinto. La desigualdad en términos de renta ha aumentado más de un 33%, cifra superior al incremento que tuvo durante la crisis de 2008», según ha indicado Daniel Rodríguez.

Pero más allá de los ingresos y de las capacidades materiales de las familias, hay otras dimensiones sociales de la desigualdad con un impacto especial en estos tiempos, como son las oportunidades educativas o tecnológicas. Entre las nuevas brechas, la digital afecta a uno de cada tres hogares en la Comunitat Valenciana, duplicando su incidencia (2 de cada 3) para los hogares que están en exclusión severa. “Esta brecha digital hace casi imposible las tareas de búsqueda de trabajo, formación, vida social y gestiones administrativas, lo que impide a la persona desarrollar su proyecto vital plenamente” tal y como ha indicado Ignacio Grande Ballesteros.

Brechas de exclusión

En el ámbito de la Comunitat Valenciana hay dos brechas que siguen activas y que se hacen más profundas, como son el género y la nacionalidad de origen, y una tercera que adquiere cada vez más fuerza: la edad. Así:

- Esta crisis está feminizando aún más el espacio de la exclusión, ya que esa brecha se ha multiplicado, desde 2018, por tres hasta afectar al 27,5% de los hogares cuya persona sustentadora principal es una mujer frente al 18% donde esa figura es un hombre.

- Casi la mitad de los hogares encabezados por una persona de origen extranjero se encuentran en situación de exclusión, esto es casi tres veces más que en los hogares encabezados por alguien de nacionalidad española.

Uno de cada tres jóvenes entre 19 y 29 años, y este es un perfil novedoso respecto a los informes anteriores, está afectado por procesos complejos de exclusión social, lo que les impide realizar proyectos de vida para hacer la transición a la vida adulta.

Elementos diferenciales de la exclusión

Pese a las cifras positivas que se están registrando en los últimos meses en materia de empleo, la crisis sigue dejando graves consecuencias que se reflejan en la cantidad, en la distribución y en la calidad del empleo disponible.

Esta crisis ha profundizado dos tendencias que, sin embargo, ya existían antes de la COVID-19: Se ha producido un empeoramiento de las condiciones de trabajo que genera más trabajadores pobres y menos realizados personal y socialmente; durante esta crisis la precariedad laboral se ha duplicado y alcanza a más de 280.000 hogares (14%) que dependen económicamente de una persona que sufre inestabilidad laboral grave (esto significa que en el último año ha tenido tres o más meses de desempleo, tres o más contratos diferentes, en tres o más empresas distintas); las barreras para acceder al trabajo se han hecho mayores para una parte de las personas desempleadas: durante la crisis, la situación de que el sustentador se encuentre en paro de larga duración ha alcanzado a 65.000 familias y el desempleo total familiar casi se ha duplicado. En este sentido, hoy hay más de 185.000 núcleos familiares donde todas las personas activas están en paro y a pesar del aumento de la protección social no se ha logrado compensar esta situación, por lo que 76.000 familias carecen de algún tipo de ingreso periódico, que permita una mínima estabilidad.

Propuestas de mejora

Este informe y los datos poco esperanzadores que se encuentran el él ha llevado a Cáritas a realizar un decálogo de propuestas para realizar las mejoras necesarias al sistema de protección social, que consisten en:

1.    Reforzar el acceso a derechos de todas las personas, desvinculándolos de los ingresos, con una orientación clara hacia el “rescate” de los sectores más excluidos.

2.    Mantener de manera estable las medidas provisionales tomadas en el caso de la salud, la vivienda o la protección social con las necesarias adaptaciones a periodos de estabilidad económica.

3.    Mejorar la cobertura y la aplicación del Ingreso Mínimo Vital y la Renta Valenciana de Inclusión, así como la coordinación entre Administraciones, ya que ambas medidas suponen un gran avance para corregir los desequilibrios de la protección social.

4.    Es urgente implementar medidas que reduzcan la precariedad y el desempleo de larga duración, en los empleos más precarios, especialmente en los de limpieza, cuidados, hostelería y labores agrícolas, con gran presencia en la estructura económica de nuestro territorio.

5.    Deberían complementarse los salarios escasos con otras medidas redistributivas, a modo de estímulos al empleo.

6.    Garantizar el acceso para todas las personas a un sistema de salud público de calidad y realizar un cambio de estrategia en el ámbito de la atención a personas en situación de dependencia y con necesidad de cuidados para garantizar la igualdad y evitar la exclusión social.

7.    Poner en marcha políticas frente a la exclusión residencial, ya que desde 2018 se ha triplicado el porcentaje de hogares que residen en viviendas insalubres y el 88 por cien de las personas en situación de exclusión social severa tienen dificultades en esta dimensión.

8.    Disponer de políticas públicas que pongan los medios necesarios para que todas las personas puedan superar la brecha digital en el ámbito educativo, formativo, administrativo, de acceso a prestaciones, entre otras.

9.    Avanzar hacia servicios sociales adaptados a la realidad: que se cuente con la dotación suficiente de recursos humanos y económicos, que se actúe también desde la prevención y que se apueste por el trabajo social comunitario.

10.     Como ciudadanía, estamos llamados a realizar una reflexión sobre qué modelo de sociedad queremos, una sociedad que integre a todas las personas, especialmente a las que se encuentran en situación de mayor vulnerabilidad.

 

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