Así vivió Burriana la Coronación de la Mare de Déu de la Misericòrdia hace 25 años
En 1999 tuvo lugar el acto de la Coronación Pontificia de la Misericòrdia, por ello, hacemos un recorrido recordando aquel acontecimiento histórico
Burriana está de celebración y, en homenaje a la Mare de Déu de la Misericòrdia, han organizado una serie de actos por el XXV aniversario de su Coronación Pontificia. Este fin de semana continúan los actos de la conmemoración con la Solemne Eucaristía en la Basílica de El Salvador y con el posterior traslado de la imagen de la Virgen a la plaza de El Pla, lugar donde fue coronada hace 25 años.
En 2024 se celebran los 25 años de ese acontecimiento histórico para la ciudad de Burriana; meses repletos de actos y homenajes de los burrianenses a su patrona para conmemorar ese 30 de mayo de 1999, pero ¿cómo se vivió aquel día en la ciudad? El historiador Guillem Ríos y la presidenta de las Damas de la Misericordia Maite Sabater nos cuentan en qué consistió ese acto que ahora recordamos.
Ríos cuenta que fue un acontecimiento multitudinario, de esos que solo se repiten cada varias décadas. Para el acto, se levantó un gran escenario de casi 10 metros de altura, situado al inicio de las calles Barranquet, Carrera y la Tanda. Fue diseñado por el arquitecto Pascual Molés y decorado por la empresa INSA con los colores pontificios blanco y amarillo. La Virgen de la Misericordia fue llevada hasta el escenario sobre su nueva peana, obra del escultor madrileño Emilio Tudanca, con una concurrida procesión, partiendo desde la iglesia de los Carmelitas.
A su vez, el patrón Sant Blai, San Pascual Bailón y la Virgen de la Cueva Santa partieron desde el Pla, Sant Blai y la avenida de Nules, respectivamente, acompañados por una gran cantidad de personas de Vila-real y Altura, que se unieron a los patrones de la diócesis. La corona, transportada sobre una almohada, fue llevada por el entonces alcalde Alfonso Ferrada y, “llegado el momento, el obispo Juan Antonio Reig Pla coronó a nuestra patrona con la diadema diseñada por Joaquín Ortells y cincelada por el orfebre Vicente David de Valencia, momento en el que se dispararon 21 salvas”, afirma Ríos.
Durante toda la celebración, la Virgen estuvo cubierta por una gran campana, que aún se conserva en el pasadizo de la entrada al Salvador por el Barranquet, realizada por el gremio de artistas falleros.
Los vecinos de Burriana respondieron muy bien, fue un acto multitudinario y tuvo una gran acogida, según Maite Sabater: “Toda Burriana se volcó en su madre”. Por su parte, Ríos habla de que la participación de la gente fue “verdaderamente excepcional”. Fue una celebración a la que se unieron cerca de diez mil personas. Además, había una gran cantidad de tapices adornando los balcones y las ventanas del Pla. La gran acogida del acontecimiento también se pudo observar días antes, ya que todos los objetos conmemorativos de la Coronación, desde medallas y tapices hasta el programa de actos y litografías pintadas al óleo por Pepe Forner, se agotaron rápidamente.
Ríos menciona el apoyo de las entidades locales que se volcaron en el evento y recalca la generosidad de la Caja Rural San José: “Donó la azucena y el nuevo cetro de la Virgen, y contribuyó con la campana que completó el campanario. Además, colaboraron en la creación del nuevo guion y en la producción de las 1.000 litografías de Pepe Forner”.
De ese día, Sabater destaca todo lo que se hizo, en su conjunto, ya que fue un acto muy especial. Por su parte, Ríos hace referencia que el espíritu de concordia que prevaleció entre todos fue verdaderamente notable. “A pesar de que el acto se celebró apenas dos semanas antes de las elecciones municipales de 1999, nadie sugirió públicamente que este acontecimiento pudiera tener un trasfondo político”, señala.
El historiador recuerda el acto como “un evento grandioso en el que todos estuvieron a la altura de las expectativas”. “En Burriana sabemos organizar este tipo de acontecimientos de manera excepcional, y cada detalle fue cuidado minuciosamente”, añade. Del mismo modo, Sabater recalca:“salió todo precioso y espectacular”.
Finalmente, Ríos muestra su agradecimiento a la Asociación de la Corte de Honor de la Virgen de la Misericordia: “Es realmente importante reconocer y agradecer el arduo trabajo que han realizado en la organización de los actos conmemorativos de este aniversario, en particular, quiero destacar el papel fundamental de su presidenta, Maite Sabater”. “Gracias a ellas la llama encendida aquel memorable 30 de mayo de 1999 sigue ardiendo con fuerza, manteniendo viva la devoción hacia nuestra querida patrona. ¡Su labor es verdaderamente inspiradora!”, concluye.
Destacados asistentes al acto de 1999
Entre las autoridades presentes se encontraban el presidente de la Generalitat, Eduardo Zaplana, los secretarios de Estado para las Administraciones Territoriales, Francisco Camps, y de Energía e Industria, José Manuel Serra Peris, el presidente de la Diputación Carlos Fabra, el conseller de Cultura, Manolo Tarancón, y toda la Corporación presidida por el alcalde, Alfonso Ferrada. Además, asistieron representantes de localidades cuya patrona también es la Virgen de la Misericordia, como Geldo y Vinaroz, Meliana, Reus y Puebla de Almenara, en Cuenca.
También quiso estar presente el Obispo de la Diócesis de Tortosa, a la que pertenecimos hasta 1960, Monseñor Don Javier Salinas Viñals. Además, estuvieron presentes algunas autoridades eclesiásticas y la Coral Parroquial del Santo Ángel de la Vall d’Uixó y la Banda de Música de dicha localidad.
Cómo fue el proceso para la coronación
Tal y como nos cuenta Guillem Ríos, cuando D. Pedro Cid asumió el cargo de párroco de la entonces iglesia del Salvador (actualmente Basílica) en 1994, su primera decisión fue visitar al Cardenal Tarancón en Villa Anita. Durante esta visita, Monseñor Tarancón le solicitó que pusiera a su pueblo bajo el manto y la protección de su patrona, la Virgen de la Misericordia, de quien era un ferviente devoto. Este encuentro marcó el inicio de un proceso que condujo a D. Pedro, junto con la comunidad parroquial y las Damas de Honor de la Virgen, a formalizar el 29 de junio de 1998 (día de San Pedro) la solicitud de coronación con rango pontificio ante la Santa Sede.
La solicitud se acompañó de un extenso expediente que detallaba la historia de la imagen y la devoción hacia la Virgen a lo largo de los siglos, así como la importancia del templo donde recibe culto, en este caso, la primera iglesia erigida por Jaume I tras la conquista, entre otros aspectos relevantes.
Según Ríos, sorprendentemente, esta solicitud fue concedida en un tiempo récord de apenas dos meses. Maite añade que tras la aprobación de la solicitud, se pusieron en marcha todos los preparativos que durarían un año.
Para Ríos, esta coronación significó un impulso renovado en la devoción hacia la patrona de Burriana, una adoración que se remonta a tiempos inmemoriales, como lo demuestra la leyenda del Clot de la Mare de Déu. En cada aniversario se ha podido palpar esta revitalización. El esfuerzo y trabajo de la Asociación de la Corte de Honor de la Virgen de la Misericordia, la Cofradía de Sant Blai y la Agrupación de portadores de los patrones de Burriana, mantiene viva la devoción y tradición hacia Los patronatos de la Virgen de la Misericordia y de Sant Blai.
Actos y programación de hace 25 años
La Coronación Canónica, con rango de Pontificia, representa el máximo reconocimiento que la Iglesia otorga a una imagen como prueba de su arraigada devoción. Así pues, desde que el Papa otorgó la distinción a la Virgen de la Misericordia en septiembre de 1998, se sucedieron una serie de actos de celebración, que se llevaron a cabo durante más de ocho meses. Entre ellos se realizaron actos religiosos, exposiciones, conciertos y conferencias, organizados por la Junta General de la Coronación, integrada por representantes de las parroquias y la Asociación de la Corte de Honor de la Virgen de la Misericordia.
El año jubilar comenzó oficialmente con la vigilia de la Inmaculada. Uno de los puntos destacados fue la exposición de objetos relacionados con la Virgen, que estuvo abierta al público en enero de 1999 en el Centro Social de la Caja Rural. Esta muestra incluyó imágenes de la patrona, tapices, fotografías, joyas de la Virgen y diversos objetos, así como el Título Pontificio del nombramiento oficial de la Coronación de la patrona.
Entre los numerosos conciertos realizados, cabe mencionar la actuación de la Coral de los Madrigalistas de Praga, así como el concierto ofrecido por la Banda de la Agrupación Filarmónica y la Coral Borrianenca. En este último, se estrenó la Salve compuesta expresamente para la coronación por los hermanos Vicente y Enrique Gimeno Estornell de Vila-real.
Uno de los eventos más concurridos fue la romería, que atrajo a más de 1000 personas. Además, desde mediados de abril y hasta la fecha de la coronación, la Virgen de la Misericordia recorrió todas las parroquias de la localidad, con el objetivo de que el Jubileo llegara a todos los fieles de Burriana. Esta visita de la Virgen a todas las parroquias es el acto que, para Maite Sabater, tuvo más repercusión de entre todos los que nos explica Guillem Ríos.
Organizadores del acto: Junta de la Coronación
“La organización fue verdaderamente impresionante, y todo ello se logró gracias al incansable trabajo de la Junta de la Coronación”, manifiesta Ríos. Esta junta estuvo integrada por representantes de las parroquias y la Asociación de la Corte de Honor de la Virgen de la Misericordia. Entre los miembros destacados se encontraban el párroco D. Pedro Cid, la presidenta de la Asociación, Lolita Ríos, así como Constantino Salom, María Teresa Feliu, Amparo Enrique, Manuela Alamán, Encarna Marí, Lolita Traver, M.ª Luisa Planelles, Rosita Ripollés, Fina Granell, Pilar Monfort, M.ª Amelia Ríos, Maruja Tarancón, Asunción Borja, Rosita Monsonís y Antonia Fortea.
Una coronación llena de solidaridad
Como anécdota, el historiador nos cuenta que la corona fue financiada con donaciones populares y, por decisión de la Junta Organizadora, se otorgó la misma cantidad monetaria a Cáritas Interparroquial como muestra de solidaridad. Además, la colecta realizada durante la misa solemne se destinó a los 12 misioneros nativos de Burriana que en ese momento se encontraban en diversas partes del mundo, demostrando así el compromiso de la comunidad con la ayuda humanitaria y el apoyo a sus propios ciudadanos en labores misioneras.