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El drama de una vecina de Burriana que pide una incapacidad absoluta para poder vivir

El drama de una vecina de Burriana que pide una incapacidad absoluta para poder vivir
  • Padece una enfermedad crónica, degenerativa y progresiva que le impide estar sentada o de pie mucho rato, ni tampoco conducir grandes trayectos

La historia de Carmen G.C., vecina de Burriana, es de esas que estremecen. Padece una enfermedad crónica, degenerativa y progresiva, un linfoedema en la pierna derecha y el síndrome de klipeltrenaunay desde su nacimiento. Todo ello le provoca obstrucción en las arterias y las venas de la pierna derecha, por lo que esta pierna está mucho más hinchada que la izquierda, lo que le obliga a estar continuamente visitando a los médicos en el hospital La Fe de Valencia e incluso muchas veces tiene que ser llevada a urgencias por infecciones, convulsiones, calentura y fuertes dolores.  Todo ello le lleva a estar ingresada durante días para recibir los tratamientos que mitiguen su enfermedad de manera temporal.

Arrastra esta enfermedad desde su nacimiento

Carmen, que se presenta a esta entrevista con elperiodic.com con multitud de informes sanitarios, convive desde su nacimiento con esta enfermedad que la obliga a estar cada día durante dos horas con la pierna derecha levantada por encima de corazón para tratar de aliviar el dolor. E incluso lleva a diario una media compresora en esa pierna donde se le producen úlceras sangrantes.

Sentencia del Juzgado de lo Social de Castellón desestimando su demanda
Sentencia del Juzgado de lo Social de Castellón desestimando su demanda

“Se trata de una enfermedad sin cura”, asegura esta vecina de Burriana. “Solo me pueden ofrecer cuidados paliativos por la mala circulación y los problemas linfáticos que arrastro en esa pierna”. Y pese a todo, Carmen sobrelleva el dolor y la situación con una sonrisa. “Tengo épocas buenas y épocas más malas”, asegura, una situación que empeora con la llegada del verano por el calor.

Cada quince días tiene que ir a La Fe donde los médicos le practican las curas y cada seis meses acude a rehabilitación para drenarle la pierna. Entonces se le ‘deshincha’ y le toman medidas para una media compresora que se la cambian cada medio año.

Además, “muchas veces tengo que ir a urgencias en La Plana”, algo que empeora su día a día y condiciona no solo su vida sino la de sus hijos.

Carmen G.C. estuvo dos años de baja y después se reincorporó a su último trabajo, en una empresa de limpieza durante medio año, aunque que por su estado de salud tuvo que volver a coger la baja, y ya arrastra seis meses más sin poder trabajar. De hecho, esta joven considera que su estado de salud le impide trabajar en nada. “Si ando 30 minutos, la pierna me duele. Si estoy sentada mucho rato, la pierna me duele”.

Decide acudir a los tribunales

Ante esta situación decidió acudir a los tribunales para reclamar a la Seguridad Social una incapacidad absoluta

Tras una temporada larga, “estoy en la bancarrota” por el dinero que ha invertido en su defensa, en pruebas e incluso un forense, el Juzgado de lo Social de Castellón desestimó su demanda y absuelve al Instituto Nacional de la Seguridad Social porque el juez considera que “el cuadro clínico residual de la demandante revela que su estado de salud no se ha acreditado que haya experimentado una agravación significativa respecto del cuadro clínico” aunque reconoce, en la sentencia, que “la demandante no puede realizar bipedestación ni sedimentación mantenidos, ni puede conducir en largos recorrido”. 

Por ello, Carmen asegura “si no puedo estar sentada mucho rato, ni de pie, ni puedo conducir, qué me digan cómo voy a poder trabajar”.

Ante esta desesperante situación, esta vecina de Burriana lanza una voz de auxilio. Recurrirá el fallo judicial por una petición que considera justa y necesaria visto su cuadro clínico, degenerativo, y que tiene que sacar adelante una casa con dos hijos.

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