Las águilas ya vuelan sobre la huerta de Burjassot para espantar a las palomas que se comen los cultivos
Este jueves, 21 de diciembre, ha tenido lugar, en la huerta de Burjassot, el primer vuelo disuasorio de las aves de rapiña que, a partir de ahora, espantarán a las palomas y a otras especies que se están comiendo los cultivos del municipio. Es una de las iniciativas que ha puesto en marcha la Oficina de Sostenibilidad Local de Burjassot que dirige la Concejala de Medio Ambientte, Lluna Àrias.
Los vuelos se repetirán quince veces, en días alternos, a diferentes horas y desde diferentes zonas de la huerta para adecuarse a la presencia de estas aves no deseadas. Además de las águilas, también se utilizarán halcones, que vuelan a una altura diferente, con el objetivo de abarcar una mayor extensión de cielo. El objetivo, según explica Lluna Àrias, "no es cazar estos animales sino espantarlos, que dejen de considerar la huerta una zona segura".
La idea surgió a partir de una demanda del Consejo Agrario Municipal, a la disposición del cual el Ayuntamiento puso una dotación de 3.000 euros para que decidieran en qué ámbito actuar. De esta reunión, los agricultores y las agricultoras que forman parte de este organismo, decidieron que la prioridad era "controlar" lo que consideran una plagan, la de las palomas que se comen los cultivos de patatas, lechugas y alcachofas, entre otros.
"A partir de ese momento, nos pusimos a investigar y estudiar las diferentes posibles actuaciones", explica la Concejala. Así, "paralelamente a estos vuelos, se ha encargado y ya está prácticamente a punto, un estudio que determine cuántos ejemplares de palomas hay y si, científicamente, se puede declarar como una plaga, además de analizar la presencia de otras especies que estén afectando a la huerta, qué zonas son las más dañadas y que valore las diferentes posibles medidas para controlar esta situación".
Según Lluna Àrias, "para nosotros es una prioridad proteger la actividad económica de la agricultura, porque con ella protegemos el espacio natural de la huerta, pero lo queremos hacer de una manera sostenible y segura, fomentando y favoreciendo la biodiversidad, clave para una protección ecológica de los cultivos".
Por otro lado, y también como respuesta a la demanda del Consejo Agrario, la Oficina de Sostenibilidad Local de Burjassot ha instalado un total de 16 cajas para murciélagos. Estos animales actuarán contra los mosquitos y otros insectos, otro de los problemas que los agricultores y las agricultoras manifestaron como una prioridad, no sólo en la huerta sino también en todo el entorno urbano. Se estima que, en una noche, los murciélagos comerse el 80% de su peso, por eso se les usa ya en bodegas y arrozales. pueden