La borrasca Gloria acaba con el 80% de los cítricos en algunas zonas del litoral valenciano
El temporal nos deja una imagen dantesca de los campos y un primer balance de urgencia vaticina grandes pérdidas en el sector
El temporal de intensas nevadas, lluvias y viento que azota a la Comunitat Valenciana ya está ocasionando daños de gravedad en el campo. Según una primera estimación de urgencia efectuada por la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-ASAJA), las rachas de viento superiores a los 100 km/h han tirado al suelo hasta el 80% de los cítricos en algunas parcelas de las comarcas de La Marina, La Safor, La Costera y La Ribera, una pérdida de cosecha que podría ir a más en los próximos días debido a los golpes por rameado en la fruta, al exceso de humedad en el suelo y, en algunos casos, por la nieve acumulada sobre los naranjos.
AVA-ASAJA manifiesta su “preocupación” por los efectos negativos de la borrasca Gloria en medio de una campaña citrícola caracterizada por una merma del 30% de la producción autonómica –ya castigada por los daños registrados por viento durante el mes de diciembre– y unos precios en origen al alza. Las variedades más damnificadas por el temporal son aquellas que se encuentran en plena recogida o que alcanzarán su grado óptimo de maduración en los próximos meses: naranjas Lane, Sanguinelli, Valencia y Powell, así como mandarinas Nadorcott y Tango.
Igualmente la asociación teme perjuicios en hortalizas de temporada –coles, lechugas, alcachofas o cebollas– y en la próxima temporada de frutales y almendros. Asimismo, no hay que descartar desperfectos en infraestructuras agrarias, tales como invernaderos, almacenes agrícolas o mallas para proteger cultivos hortícolas. Con todo, AVA-ASAJA aclara que habrá que esperar a ver cómo evoluciona el clima y a que los agricultores puedan acceder a sus parcelas para estar en condiciones de valorar de manera precisa el alcance de los daños.
En las zonas del interior el frío, la nieve y el agua están resultando muy beneficiosos, especialmente para cultivos como el viñedo y el olivar, porque este episodio climático se adapta perfectamente a las necesidades del ciclo vegetativo durante el invierno, recarga acuíferos y pantanos, mejora la lucha contra plagas y enfermedades, etc.