La policía rescata a un perro malherido que colgaba del balcón de un tercer piso en Bellreguard tras abandonarlo su maltratador
La colaboración entre los vecinos, la Asociación de Bienestar Animal de Bellreguard, la protectora VEDAMA y los agentes policiales salvaron la vida al animal, que ya se recupera mientras se investiga a su dueño
Sin agua, sin comida, en un balcón estrecho y repleto de heces y suciedad vivía un perro en el municipio de Bellreguard, en la comarca de la Safor.
El animal se encontraba abandonado en pésimas condiciones en el balcón de un tercer piso de Bellreguard, además de estar atado con una cuerda sin poder moverse, con un bozal y con un collar de descargas eléctricas para silenciar sus ladridos de auxilio.
Los vecinos se alertaron de que el perro había saltado a la parte de fuera del balcón a la desesperada, con el evidente riesgo de que pudiera caer desde una altura considerable al estar en un tercer piso.
El animal quedó colgado por la cuerda que lo sujetaba y en el exterior de la fachada, en el vacío.
Con el bozal y el collar de descargas eléctricas puesto, el perro intentaba a la desesperada salvar su vida arañando la pared del balcón para intentar no caer, lo que le provocó heridas considerables en las patas.
En la fachada se veía el esfuerzo del animal por sobrevivir, ya que estaba manchada de la sangre que se había hecho en las patas.
Un vecino vio la escena y dio la voz de alerta, a la que acudió de inmediato la Policía Local del municipio, la Asociación de Bienestar Animal de Bellreguard y la protectora de animales VEDAMA. La colaboración de todos hizo que los agentes pudieran acceder a la vivienda, donde no se encontraba el dueño, y rescataran con vida al perro antes de que se asfixiara con la correa y el bozal.
La protectora de animales VEDAMA, de Oliva, ha confirmado a elperiodic.com que los agentes policiales han iniciado una investigación para tomar las medidas oportunas sobre el dueño del perro rescatado, que intentó salvar su vida tras la desesperación de horas y horas atrapado en un balcón repleto de suciedad, sin comida, sin agua, atado sin moverse, con bozal y con un collar de descargas eléctricas para silenciarlo cuando ladraba.
