Las anécdotas que dejan los Goya de Valencia
Sorpresas, problemas técnicos, homenajes… el cine no es el único protagonista
Como siempre, las 6 horas de alfombra roja y gala han dado para muchas anécdotas. Una jornada maratoniana por la que ha pasado lo más granado del cine español. El protocolo para estos actos es rígido y pautado y, sin embargo, siempre hay lugar para la sorpresa.
Micrófonos que fallan, discursos que se alargan más de la cuenta, premiados nerviosos que no logran articular palabra… La gala siempre deja imágenes para el recuerdo, más allá de la larga lista de premiados y nominados que ya forman parte de la historia de la cinematografía española.
Uno de los momentos que la Academia lleva años intentando evitar pero que siempre se acaba produciendo es el de los largos discursos que alargan la ya de por si soporífera gala. Sucedió en este caso con los premiados al Goya a mejor obra de animación, que subieron emocionados al estrado y no pudieron ser parcos en palabras.
Pasados varios minutos, realización optó por una solución que ya viene siendo habitual: comenzó subiendo la música poco a poco, como quien no quiere la cosa, invitando así “sutilmente” a acabar a los intervinientes, que llegaron a un punto en que tenían que alzar la voz para hacerse oír sobre la música.
Otro de los momentos más míticos de la noche fue la actuación de Joaquín Sabina acompañado de Leiva. Y es que Sabina, por raro que parezca, subió por primera vez en su larga trayectoria al escenario de los Goya y lo hizo, además, en un día muy especial, el de su cumpleaños. Así, el artista jaenense cumplió 73 tacos y lo hizo de la mejor manera posible, bajo el cielo de Valencia.
Otra situación emocionante se vivió en el típico recuerdo a los fallecidos durante el último año, con especial énfasis en la querida ex chica Almodóvar Verónica Forqué o las felicitaciones a Antonio Resines por salir de la UCI tras más de un mes ingresado por covid.
Forqué también fue protagonista de un sorprendente homenaje que se vivió en la alfombra roja, cuando Macarena Gómez y su marido Aldo Comas llegaron con el nombre de la actriz bordado en sus espaldas con un llamativo diseño de Juan Avellaneda. Una forma curiosa de atraer todas las miradas para obligarnos a recordar a la laureada Forqué.
El del vestuario fue, sin duda otro de los apartados que van directos al anecdotario. Desde gorros con forma de conejo a vestidos que no dejaban nada para la imaginación, pasando por todo tipo de estrambóticos vestidos y trajes (los puedes consultar todos aquí).
Al respecto de la alfombra roja, también fue comentada la emisión online que hizo RTVE desde que conectó a las 6 de la tarde. Un señal en directo que sorprendió a muchos ya que no iba acompañada de sonido. Quizá una forma de evitar que se les colasen en el directo palabras malsonantes y machistas como ya ocurrió en la retransmisión de la edición anterior de los premios.
En fin, una jornada en la que cientos de periodistas y fotógrafos estaban al acecho. En este sentido, la fotografía que todo el mundo buscaba era la de los cuatro nominados de España para los próximos Oscars, que tuvieron a bien posar conjuntamente. Ellos son Javier Bardem y Penélope Cruz por las mejores actuaciones en Being the Ricardos y Madres Paralelas, Alberto Iglesias por la mejor banda sonora (Madres Paralelas) y Alberto Mielgo por el mejor cortometraje de animación (El limpiaparabrisas).