El picudo rojo está acabando con las palmeras canarias del Mijares
La última palmera canaria (Phoenix canariensis) gravemente afectada por el ataque indiscriminado del picudo rojo (Rhynchophorus ferrugineus) se encuentra en el Termet de Vila-real, al lado derecho del río Mijares. Concretamente se trata de un ejemplar adulto ubicado junto al Molino de la Ermita. La guardería rural del Paisaje Protegido de la Desembocadura del río Mijares formado por los ayuntamientos de Burriana, Almassora, Vila-real, la Diputación de Castellón y la Generalitat Valenciana ha podido detectar la afección de la palmera a consecuencia de la caída de las hojas. Durante los últimos años el Consorcio río Mijares ha comprobado el ataque indiscriminado de estos coleópteros originarios de Asia central tanto en palmeras canarias como en datileras (Phoenix dactylifera). De hecho este insecto invasor se ha comido decenas de palmeras canarias y datileras que crecían a los dos lados del Paisaje Protegido de la desembocadura del río Mijares en lugares tan emblemáticos como las Alquerías de Santa Bárbara de Burriana, la ermita de santa Quiteria de Almassora y el Termet de Vila-real. El picudo rojo fue detectado por primera vez en España en el año 1994. Concretamente se descubrió en la provincia de Granada y posteriormente ha ido expandiéndose por otras zonas. Su afección supone la muerte de las palmeras canarias y datileras, sus preferidas a la hora de alimentarse. Esto supone un grave peligro para la supervivencia de las palmeras autóctonas de la Península Ibérica como el palmito (Chamaerops humilis).