Escolares y mayores de la residencia celebran juntos la plantación del Día del Árbol en Almassora
La actividad ha consistido este año en la plantación de arbustos en la zona de ribera del río Millars, en los alrededores de la ermita de Santa Quitèria, donde se encuentra la llanura de inundación donde se suceden las crecidas
El Ayuntamiento de Almassora ha celebrado este jueves el Día del Árbol con la plantación de arbustos en la zona del río Millars, a su paso por el paraje de Santa Quitèria. La alcaldesa, María Tormo, junto al concejal de Agricultura, José Claramonte; el edil de Educación, Vicente Blay Casino; y la concejala de Servicios Sociales, Eugenia Martinavarro, ha participado en esta jornada, que ha reunido a los alumnos de 5 años de Infantil de todos los colegios de la localidad y a mayores de la residencia municipal Vicente Vilar Morellá.
El objetivo de esta actividad, tal y como ha señalado la alcaldesa, es “disfrutar de una jornada festiva y mejorar el bosque de ribera, al mismo tiempo que descubrimos la importancia de los árboles en nuestras vidas y los beneficios que nos aportan”. Asimismo, Tormo ha remarcado que esta jornada busca también seguir estrechando lazos intergeneracionales, entre los escolares y nuestros mayores, tejiendo relaciones y vínculos que resultan emocionantes.
Con la celebración del Día del Árbol, organizada desde la Concejalía de Medio Ambiente, que dirige Juan Luis Marín, se apuesta por mejorar el ecosistema del río con plantaciones en las zonas ribereñas. En esta ocasión, el lugar elegido ha sido alrededor de la ermita de Santa Quitèria, en concreto, la llamada llanura de inundación, que es la parte que puede ser inundada de manera natural en las crecidas.
Este espacio cuenta con un gran potencial al ser un verdadero bosque de ribera, un hábitat que cuenta con numerosas especies animales y vegetales, y tienen muchas funciones, como la protección contra las avenidas y de conservación de la estabilidad del borde del río, de depuración de las aguas y retención de sedimentos, o funciones de corredor natural entre espacios para muchas especies.
En estos bosques de ribera, la presencia de árboles y madera muerta es crucial para la biodiversidad, ofreciendo refugio y alimentación para varias especies. A medida que envejecen, se convierten en lugares ideales para la reproducción y nidificación de muchas especies. Además, su descomposición natural contribuye al ciclo de nutrientes, enriqueciendo el suelo y favoreciendo el crecimiento de nuevas plantas, esencial para el equilibrio del ecosistema.