Almassora involucra a los colegios en la lucha contra los excrementos en la vía pública
El Ayuntamiento de Almassora, a través de la Concejalía de Educación y Medio Ambiente, ha editado el cuento 'La caca Sampastra. Una caca molt pirata' para alumnado de tercero de Infantil y primero y segundo de Primaria de los seis colegios de la localidad con el objetivo de enseñar a los más pequeños a recoger los excrementos de las mascotas. Se trata de un cuento para colorear en el que el alumnado reconoce las conductas incívicas que ensucian la ciudad y provocan caídas.
La concejala del área, María José Tormo, ha presentado esta mañana esta primera edición en valenciano e inglés, un libro de 23 páginas que incluye viñetas, textos, un refrán y un cuestionario final con actividades. “A través de unos divertidos dibujos, el alumnado más pequeño entenderá el efecto que produce dejar los excrementos en la vía pública, las enfermedades que pueden transmitir las bacterias y las obligaciones que tenemos como dueños de mascotas”, según Tormo.
La historia, impresa en papel reciclado, narra la vida de un excremento que se vuelve malo al quedar abandonado en la calle y “se dedica a espantar a las personas cuando pasean por las aceras, jardines y plazas y ataca sin compasión los zapatos y chanclas de quienes pasan por su lado”. A medida que avanza el cuento, el lector aprende que “en su interior viven unos gusanos malos y feos que son traidores y transmiten enfermedades”
Finalmente, los pequeños reciben un consejo: “no olvidéis nunca que las cacas no viven en las aceras, pero como no pueden caminar tienen que ser los amos de los perros quienes las recojan en una bolsa y las tiren a las papeleras”. Así, “nuestras calles y plazas están más bonitas y más limpia la ciudad”, relata el cuento.
La edición de 'La caca Sampastra' es una campaña de Medio Ambiente que reserva la cubierta trasera para lanzar un mensaje a los propietarios de mascotas. “Los excrementos caninos en la vía pública, además de ofrecer un aspecto poco higiénico de nuestra ciudad, pueden producir accidentes y enfermedades. Los perros no son los responsables; la responsabilidad es de los propietarios, que son quienes han de recoger los excrementos y depositarlos en la papelera más cercana”, relata el mensaje dirigido “a los mayores de la casa”.