El Hospital Dr. Balmis implanta un proyecto de buenas prácticas de Enfermería para optimizar el manejo del dolor en pacientes ingresados
Este trabajo, que ha arrancado de forma piloto en las plantas de Cirugía y Urología, se adhiere al Programa Sumamos Excelencia
Se han incorporado nuevas escalas en la historia clínica electrónica, haciendo hincapié en la valoración del dolor en pacientes con demencia
El Día Internacional de la Enfermería, que se conmemora cada 12 de mayo, pretende reconocer su labor en todo el mundo y supone un homenaje a su trabajo y a todo lo que hacen estos/as profesionales por la ciudadanía a diario.
Ante la proximidad de esta celebración, y como muestra del liderazgo que ejercen los y las enfermeros/as, el Hospital General Universitario Dr. Balmis de Alicante da a conocer un proyecto de implantación de recomendaciones basadas en la evidencia científica que están implementando profesionales de enfermería del centro hospitalario para la valoración y el manejo del dolor de los pacientes ingresados. Con él, se pretende mejorar la calidad de los cuidados de Enfermería que se ofrecen a los pacientes susceptibles de padecer algún tipo de dolor.
Esta candidatura ha sido seleccionada para formar parte del Programa Sumamos Excelencia, impulsado por el Centro español para los cuidados de salud basados en la evidencia (CECBE). Una iniciativa dirigida a los centros sanitarios o sociosanitarios que quieran iniciarse en proyectos de implantación de buenas prácticas, la evaluación de los procesos y los resultados en salud.
Para el desarrollo del proyecto, que ha arrancado de forma piloto en las Unidades de Hospitalización de Cirugía y Urología (9ª A y 9ª B), se ha creado un grupo de trabajo, liderado por el enfermero Manuel Álvarez, formado también por los enfermeros Cristina Sánchez, Guillermo García y la supervisora de Enfermería de Cirugía y Urología, Ana Rosa Mateo. Estos profesionales cuentan con el apoyo de la supervisora de la Unidad de Sistemas de Información de Enfermería, Manuela Domingo, y la adjunta de Enfermería responsable de la Unidad de Calidad, Maite Ortiz de Saracho.
El proyecto tendrá una duración de un año y, tras una fase de formación y auditoría previas, se encuentra en la fase de intervención o de implantación de las recomendaciones. Los enfermeros que componen el grupo de trabajo son los encargados de formar al resto del personal para asegurar la correcta adhesión a las buenas prácticas basadas en la evidencia. “La gestión adecuada del dolor es un derecho fundamental de la persona y su valoración, prevención, reducción e intervención deben ser prioritarias en los cuidados de Enfermería. Nuestro rol en el manejo del dolor dentro de los equipos multidisciplinares es fundamental, por lo que al implantar la mejor evidencia científica mejoraremos la calidad en los cuidados”, señalan los impulsores.
Algunas de las recomendaciones concretas que se van a implantar son la valoración de la presencia o riesgo de cualquier tipo de dolor en todos los pacientes de Cirugía y Urología al ingreso, después de cambios en la situación clínica, así como con anterioridad, durante y después de un procedimiento.
Para ello, se han incluido nuevas escalas en el programa de historia clínica digital. Entre ellas, la escala PAINAD, que permite una valoración del dolor en pacientes con demencia, en los que esta tarea resulta más compleja. Consta de cinco elementos que se han de puntuar, que son respiración, vocalización negativa, expresión facial, lenguaje corporal y capacidad de alivio.
Además, el proyecto contempla otro aspecto novedoso y es la activación en la historia clínica de un plan individualizado de cuidados de manejo del dolor, que se basa en los resultados de esta valoración, con las intervenciones efectivas que se van a utilizar, involucrando al paciente en su autocuidado.
“El plan de cuidados debe centrarse en reducir el sufrimiento, mejorar la calidad de vida y la funcionalidad del paciente, así como disminuir los posibles efectos adversos de las intervenciones”, reconocen las mismas fuentes. Para ellos, a modo de resumen, las ventajas de adecuar la práctica clínica a las recomendaciones basadas en la evidencia son “formar parte de una red de excelencia en los cuidados, reducir la variabilidad en la práctica clínica y, lo más importante de todo, mejorar los resultados en salud de la población”.
Tras una valoración basal, a los 3, 6 y 12 meses se realizarán auditorías clínicas de seguimiento para obtener resultados del funcionamiento del programa y se elaborará un informe final, a partir de los datos recogidos, para evaluar el impacto que ha tenido la introducción de estas buenas prácticas. A partir de aquí, se prevé trasladar las recomendaciones a otras unidades del Hospital.