‘Criminal. No retorno’ la opera prima de Miguel Cohan inicia su rodaje en Ciudad de la Luz
La película está protagonizada por Leonardo Sbaraglia, Bárbara Goneaga, Federico Luppi, Martín Slipak, Luis Machín y Ana Celentano
Es una coproducción realizada entre Tornasol Films, Castafiore Films y la argentina Haddock Films
Tiene un presupuesto de 2,9 millones de euros
Tras estar 3 semanas rodando en exteriores de Buenos Aires, el equipo de rodaje utilizará los platós y las instalaciones de los estudios alicantinos un total de 11 semanas entre montaje, rodaje y desmontaje.
La opera prima de Cohan cuenta con un presupuesto de 2,8 millones de euros y tiene como protagonistas a un prestigioso plantel de actores argentinos como Leonardo Sbaraglia (‘El corredor nocturno’ rodada en los estudios alicantinos en 2008), Bárbara Goenaga (‘El diario de Carlota’), Federico Luppi (‘Martín Hache’) Martín Slipak (‘La señal’), Luis Machín (‘La revolución es un sueño eterno’) y Ana Celentano (‘Las viudas de los jueves’) entre otros.
Un thiller judicial
'Criminal. No retorno' es un thiller que gira en torno a la historia que se desarrolla en la ciudad de Buenos Aires, donde tres hombres unirán sus vidas en un abismo imposible de preveer.
Todo comienza con un accidente: Matías Fustiniano (Martín Slipak), al volver de una fiesta en el coche de su madre, atropella a un joven ciclista. En estado de shock huye del lugar. Horas después, le miente a sus padres, inventa el robo del cohe y hace la denuncia policial. Víctor Marchetti (‘Federico Luppi’), el padre del joven atropellado, se niega a ser testigo pasivo de la muerte de su único hijo.
De esta manera comienza así una cruzada por los tribunales y por los medios de comunicación en busca de justicia, creyendo que lo único que le dará sentido a su vida es hallar al asesino de su hijo y que éste vaya a la cárcel.
Federico Samaniego (‘Leonardo Sbaraglia’), que aquella noche participó de un confuso incidente con el joven ciclista minutos antes de su muerte, es pronto señalado como el responsable de haberlo atropellado y abandonado.
Así, Federico observa impotente cómo de la noche a la mañana su trabajo de ventrílocuo y su vida como padre de familia se derrumban irremediablemente ante sus ojos.
A veces por azar, otras por elección, estos tres hombres irán empujándose poco a poco hacia un camino del cual no tendrán retorno.