Crean un banco de semillas de plantas medicinales para evitar su extinción
Además, este banco ha contribuido a configurar un "archivo" de información genética de las especies y sus variedades que permite el intercambio de información con otras instituciones científicas, ha indicado el director de la estación biológica de Torretes-Font Roja del CIBIO, Segundo Ríos.
Según Ríos, el material genético que se ha analizado en las plantas cuyas semillas se conservan en el banco facilita la identificación de "los principios activos" que, posteriormente, son aplicables a la industria farmacéutica, por ejemplo.
El análisis de las propiedades se realiza "en vivo", es decir, en la planta cultivada, de la que luego se extraen las semillas.
El banco de semillas del CIBIO contiene unas 1.000 simientes de 400 especies, aproximadamente, que se conservan en cámaras congeladoras a 20 grados bajo cero, después de haber sido sometidas a un proceso de extracción de la humedad hasta un nivel de entre el 5 y el 7 por ciento.
Entre las especies que se conservan en ese banco destacan la "Artemisa arboleste", que ataca los parásitos intestinales; la "Ruda graveolens", que regula la menstruación y es recomendable para las mujeres que entran en la menopausia, o el "Dictamnus hispanicus", que se utiliza en la elaboración de licores de hierbas, al ser un buen digestivo.
Todas estas especies son autóctonas de los ecosistemas mediterráneos, ha explicado el experto, quien ha precisado que algunas están desapareciendo a causa de los cambios en el estilo de vida.
En este sentido, Ríos ha resaltado que, en las décadas de los 30 y 40 del siglo pasado, estas plantas "crecían alrededor de las masías", aunque la desaparición de este tipo de vivienda y de la ganadería ha acelerado el riesgo de extinción de esas especies.
"El ganado abría el matorral y entraba la luz hasta las hojas, pero ahora muchas poblaciones se mueren por falta de luz", según Ríos, quien ha detallado que en la Comunitat Valenciana se han extinguido muchas especies, de las que sí quedan ejemplares en otras regiones.
De este modo, el banco de semillas, que se complementa con otro de tejidos vegetales "in vitro" y una colección de plantas cultivadas, posibilita la incorporación de simientes recibidas desde otras regiones y países para evitar la su total desaparición.
El experto ha asegurado que el CIBIO realiza intercambios con jardines botánicos de Europa, norteamérica y Australia.