La Concejalía de Atención Urbana e Inusa comienzan en el CAES Nazaret una serie de iniciativas para fomentar la reducción de residuos y la solidaridad
El Ayuntamiento de Alicante quiere fomentar una nueva conciencia medioambiental en los ciudadanos con acciones encaminadas a la reducción y valorización de los residuos así como fomentar la solidaridad entre los ciudadanos.
El concejal de Atención Urbana, Andrés LLorens, acudió esta semana al centro para recoger varias bolsas de este material que servirán para ayudar a pacientes con enfermedades raras
Los alumnos de 1º de Primaria del Colegio Nazaret de Alicante han reunido desde el pasado mes de febrero varios cientos de tapones de plástico con el objetivo de ayudar a otros niños afectados por enfermedades raras.
La iniciativa, que ha logrado implicar a escolares de otros cursos, familiares y a toda la comunidad que trabaja en el centro educativo, cuenta con el respaldo del Ayuntamiento de Alicante e Inusa, empresa adjudicataria del servicio de limpieza de la ciudad, que gestionarán el tratamiento del material recogido para que su reciclaje se dedique a proyectos solidarios.
El concejal de Atención Urbana, Andrés Llorens, y la responsable de comunicación de Inusa, Isabel Luján, acudieron esta semana a las instalaciones del Colegio Nazaret para conocer el resultado de esta campaña. Llorens ha manifestado la intención del Ayuntamiento de extender la propuesta de “Reciclaje y Solidaridad“ con diversas acciones en centros educativos y en los barrios del municipio de Alicante.
Los alumnos de 1º de primaria del Colegio Nazaret, que tienen entre 6 y 7 años, han recogido en los últimos meses varios cientos de tapones de plástico procedentes de botellas, briks, tubos dentríficos y otros envases que han llevado a clase hasta juntar un volumen equivalente a unos 100 litros.
Todos los pequeños de la clase, sus hermanos mayores, familiares, vecinos y trabajadores de este centro, que está catalogado como centro CAES de Acción Educativa Singular, se han implicado en un proyecto que ha conseguido ilusionar a la comunidad escolar, y hacerla recapacitar sobre la posibilidad de ayudar a quienes lo necesitan con un pequeño esfuerzo, a pesar de que estos mismos alumnos proceden de un entorno con dificultades específicas.
La campaña ha servido para que todos los participantes se dieran cuenta del valor que tienen algunos materiales considerados como basura y que, convenientemente tratados y reciclados, pueden tener una nueva vida útil.