Compromís conoce de la mano del vecindario las reivindicaciones para garantizar el futuro de la isla de Tabarca
Una delegación de Compromís de distintas administraciones se entrevistó ayer con representantes de asociaciones, empresarios y vecinos de la isla de Tabarca (Alacant) para conocer la situación de la isla más pequeña poblada del Mediterráneo. El senador Carles Mulet canalizará las peticiones relacionadas con las competencias estatales, la diputada Cristina Rodríguez hará lo propio con las autonómicas y Rafa Mas ante el Ayuntamiento de Alacant, de donde depende este singular territorio.
Vecinos como Antonio Ruso o Rafa Andreu, han trasladado los principales problemas que pasan por las comunicaciones, la inadecuación del puerto que obliga a suspender las comunicaciones con la Península, problemas medioambientales o el control del aforo en verano. Otro de los problemas es el solapamiento de competencias de muy distintas administraciones, cuya poca coordinación impide que se ejecuten inversiones en ocasiones de pequeña cuantía, pero imprescindibles para la isla, como la generación de servicios y oferta cultural, hacer visitables espacios patrimoniales como la iglesia o la torre que conforman algunos de los atractivos de este conjunto histórico-artístico y reserva marina y servicios sanitarios o de seguridad.
Mulet ha solicitado recientemente desde el Senado al Gobierno distintas medidas para la isla de Tabarca. También en les Corts se han reclamado medidas como la declaración del perímetro de la isla de Tabarca como Zona Marítima Especialmente Sensible (ZMES) de la Organización Marítima Internacional, para reducir el riesgo de daños por accidentes de navegación en lugares de gran valor ecológico, la colaboración entre administraciones competentes, un estudio de impactos para determinar la capacidad de carga turística sostenible que permita la conservación de la isla, el perímetro marítimo, asiÌ como todos los hábitats implicados, e implantar un sistema de boyas ecológicas que garantice la conservación del fondo marino donde la posidonia lo inunda todo.
Para Mulet “son urgentes medidas para que la gente pueda vivir y trabajar en una isla tan singular como esta, con servicios de calidad a la población y que permitan afrontar la adaptación ante la fragilidad de nuestra zona costera y los efectos que tendrá especialmente el cambio climático en el Mediterráneo”.
Tabarca, con medio centenar de personas censadas, recibe cada verano unos 150.000 turistas, llegando en jornadas punta a 10.000 personas que ejercen sobre la zona una presión turística desgraciadamente habitual en nuestras costas y espacios naturales, sobre la cual creemos que hay que actuar.
Así la coalición ha lamentado que los respectivos gobiernos no se tomen seriamente la necesidad de proteger la posidonia marina y otros hábitats “o dejar estos pequeños y emblemáticos espacios a su suerte frente a la sobreexplotación turística o el cambio climático”.