Juan José Badía, un valenciano en la banda de música de la Guardia Real
Nacido en Alfondeguilla (Castellón), este profesor superior de tuba lleva 32 años en la Unidad de Música de la Guardia Real
Juan José Badía, natural de Alfondeguilla (Castellón), lleva 32 años en la banda de música de la Guardia Real. Este músico valenciano ha actuado en los escenarios más importantes de España y del mundo, y ha acompañado a jefes de Estado, presidentes de Gobierno y Monarcas en las recepciones oficiales.
En las tres décadas que lleva en la banda de música de la Guardia Real, Juan José Badía, que pertenece a una familia de músicos, ha tenido la ocasión de saludar al actual Rey Felipe VI y a su familia; y también al Rey Emérito.
Casado y con dos hijos, este profesor superior de Tuba, ha estudiado en los Conservatorios Superiores de Música de Valencia, Barcelona y Madrid; ha trabajado como músico en las bandas de los Gobiernos Militares de Huesca, Bilbao y Girona; además ha colaborado en alguna ocasión en la Banda Municipal de Castellón y Madrid; en las orquestas Sinfónica de Valencia, Sinfónica de Bilbao y Fundación Chamartín de Madrid, y ha colaborado con la ONG ‘Voces para la paz’ en un concierto en el Auditorio Nacional de España.
Este músico valenciano ingresó en la Unidad de Música de la Guardia Real el 21 de septiembre de 1988, primero bajo la batuta del Coronel Francisco Grau Vegara, después con el Coronel Antonio Sendra Cebolla, posteriormente con el Coronel Enrique Damián Blasco Cebolla y en la actualidad bajo las órdenes del Coronel Armando Bernabeu Andreu.
¿Cómo es el día a día de un músico en la Unidad de Música de la Guardia Real?
Con la pandemia, las cosas son ahora muy diferentes por las medidas de higiene que tenemos que respetar. Todos los conciertos que normalmente se hacen para el público se han anulado, además de la mayoría de actos fijos en el calendario como el día de las Fuerzas Armadas, el día 12 de Octubre o la salida que anualmente hace la Guardia Real a alguna provincia española como entrenamiento y para mostrarse ante la ciudadanía. O se han suprimido o se han minimizado a un nivel testimonial.
No obstante, en nuestro día a día hay dos tipos de jornadas: las que hay ensayo y mantenimiento, y las jornadas que hay actuación, que puede ser concierto, desfile, formación, recepción u honores.
Los días de ensayo tenemos un tiempo de mantenimiento individual, que dedicamos principalmente a estudiar las partituras, mantenimiento técnico y mantenimiento del instrumento, o algún trámite burocrático. Después tenemos el ensayo colectivo que puede ser en dos o tres fases intercaladas por pequeños descansos y en estos ensayos preparamos y conjuntamos las piezas musicales que después se tienen que interpretar en las actuaciones.
Los días que hay actuación, si tenemos en cuenta la variedad de formatos que pueden tener (concierto en un teatro o auditorio, concierto al aire libre, relevo de guardia, cartas credenciales, recepción de Sus Majestades los Reyes o de un mandatario extranjero en visita oficial a España), si tenemos en cuenta que muchos actos se desarrollan en entornos diferentes, en diversidad de horarios y también diferentes uniformidades, sin olvidarnos de la música a interpretar del repertorio, casi podríamos decir que cada acto es único y requiere de ensayos específicos, que, si es posible, se hacen in situ, al menos el último para coger posiciones y referencias ya que en las actuaciones de tipo formación, a parte del repertorio que se ensaya en la sala de ensayos, están los movimientos de incorporación, el de los homenajes o en los desfiles y no puede haber improvisaciones o indecisiones, tiene que estar ajustado y coordinado al máximo. El nivel es alto pero la exigencia también.
¿Dónde tenéis vuestro espacio de trabajo?
La Música de la Guardia Real tiene sus dependencias en los terrenos del Palacio Real de Oriente, en los jardines del Campo del Moro en un edificio rehabilitado que era el antiguo museo de carruajes. La Unidad de Música está separada físicamente del resto de unidades de la Guardia Real que están repartidas en tres acuartelamientos con sede en El Pardo.
¿Cuántos valencianos hay en la Unidad de Música de la Guardia Real?
La Unidad de Música de la Guardia Real está formada por 100 hombres y mujeres. De ellos, 45 son músicos de la Comunitat Valencianaincluidos el director-jefe, el oficial subdirector, 42 suboficiales y un soldado.
Pienso que es una proporción importante. En las bandas municipales de toda España se darán casos similares, en unas más y en otras menos pero siempre con representación valenciana. Sin olvidarnos del profesorado de los conservatorios de música españoles.
Lo que está claro es que la Comunitat Valenciana es una importante exportadora de músicos profesionales de excelente calidad no solo al resto de comunidades españolas, también a países de casi todo el mundo. La música es una de nuestras señas de identidad desde hace ya mucho tiempo.
¿Cuáles son las obligaciones como músico de la Guardia Real?
En general las obligaciones de la Unidad de Música son rendir honores a quien presida el acto con la interpretación del himno o de los toques reglamentarios y estipulados para cada autoridad, sea el Rey, el presidente del Gobierno, autoridades militares, mandatarios extranjeros en visita oficial a España, o embajadores en la presentación de cartas credenciales ante el Rey. Y dependiendo de la naturaleza de ese acto, se interpreta la música para el desarrollo de las distintas fases de la ceremonia.
¿Qué conciertos realizáis cada año?
A lo largo del año hay una serie de conciertos que son fijos y se repiten anualmente. Los primeros miércoles de cada mes, a excepción de enero, agosto y septiembre, se desarrolla el Relevo de la Guardia que consta de varias fases y concluye con un concierto al aire libre junto al Palacio Real.
El jueves anterior al de la Semana Santa, es el Concierto de Marchas de Procesión en la Iglesia Castrense de la calle Mayor de Madrid.
Todos los sábados del mes de mayo por la tarde, hay conciertos del Ciclo “Primavera Musical” organizado por Patrimonio Nacional.
Dentro del programa de actos del día de las Fuerzas Armadas, se realizan dos conciertos enel teatro Lope de Vega, uno por la mañana, que es un concierto didáctico para jóvenes en edad escolar; y otro por la tarde con temática más lírica, aunque sin olvidarnos de las raíces de la música militar y para esta ocasión, contamos con la colaboración de una pareja de cantantes.
El jueves siguiente al Corpus Christi, es el concierto “Octava del Corpus” en el Palacio Real de La Granja de San Ildefonso, en Segovia. Cada año la Guardia Real se desplaza a una provincia española durante unos días para realizar ejercicios de instrucción y exhibición para darse a conocer a la ciudadanía. La Banda de Música realiza un concierto, normalmente, en la capital de provincia. Por ejemplo, en Castellón actuamos en abril de 2018.
Aparte se dan otros muchos conciertos que, con ocasión de algún aniversario, celebración u otro motivo, se pueden realizar en cualquier punto de la geografía española, normalmente en auditorios y teatros, pero hemos actuado en polideportivos, plazas de toros, paraninfos, templetes, plazas, avenidas o calles. Somos “todoterreno”.
Si viene un Monarca o Presidente de algún gobierno extranjero en visita oficial a España, se interpreta un concierto coincidiendo con la cena de gala que los Reyes ofrecen a dicho mandatario. La temática de este concierto es variada pero fundamentalmente es música española y música del país visitante interpretadas alternativamente.
También hay una serie de conciertos bastante numerosos que se realizan dentro del ámbito privado de la Guardia Real para celebrar Patronos de las distintas armas y cuerpos del ejército, como Santa Cecilia para la música, o con ocasión de la despedida de algún mando, sin olvidarnos del concierto de Navidad.
Ha habido años que hemos realizado más de 50 conciertos.
¿Qué música interpretáis en los conciertos?
Depende de la temática del concierto, del motivo o celebración pero, en general, interpretamos prácticamente todo tipo de música que esté compuesta o arreglada para banda de música: obras como sinfonías y oberturas, fragmentos típicos de zarzuela con o sin cantantes, los típicos pasodobles, bandas sonoras, música pop. Pero tiene un enorme protagonismo la música militar, no solo las marchas, también las obras de concierto de inspiración militar. Por citar algún ejemplo, El Sitio de Zaragoza de Cristóbal Oudrid o la Fantasía Militar de Eduardo López Juarranz. También merece especial mención la música de Semana Santa, las marchas de procesión.
¿Dónde has actuado?
Es difícil recordar cada uno de los lugares de España en los que he actuado con la música de la Guardia Real. En la gran mayoría de las capitales de provincia y en un buen número de ciudades o incluso pequeñas poblaciones, bien sea con algún concierto o con alguna parada o desfile. Por citar algunos de los mejores y más significativos auditorios de España, están el Auditorio Nacional de España, Palau de la Música de Valencia, Palau de la Música Catalana, Teatro monumental de Madrid, Auditorio Manuel de Falla de Granada, Auditorio de Tenerife, Teatro de Mérida, Auditorio de Castellón o Teatro Principal de Alicante.
Algunas de las actuaciones más significativas serían la inauguración de la Expo de 1992 en Sevilla y meses después en su clausura; participación en los actos de celebración del 750º aniversario de Castellón e interpretación de la Marcha Conmemorativa del Aniversario compuesta por el entonces director de la banda el coronel Francisco Grau; la participación como banda invitada en el Certamen Internacional de Bandas de Música de Valencia, en la plaza de toros. Todas las actuaciones son importantes pero algunas por su significado tienen una relevancia especial.
Fuera de nuestro país es más fácil de recordar porque los viajes han sido más escasos y también porque suelen dejar un recuerdo más marcado. Hemos actuado en Lisboa, Londres, Niza, París, Lourdes, Turín, Nápoles, tres ocasiones en Mons, Colonia, Praga, Oslo, Bucarest y Moscú, en el año 2011, último viaje de salida al extranjero hasta el momento.
La duración normal de estos viajes suele ser de 3 a 5 días, pero en el caso de Nápoles, hicimos el viaje para tocar un concierto y regresamos en el mismo día. Y en el otro extremo, en julio de 1989, estuvimos en Londres 28 días entre ensayos y actuaciones junto a otras 10 agrupaciones en unos festivales del Royal Tournament.
¿Has conocido al Rey y a su familia?
“Conocer” no sería la palabra adecuada, pero algún que otro apretón de manos o cruce de unas breves palabras, sí, en algunas ocasiones, sobre todo al Rey emérito.
Al Rey Felipe VI no he tenido la ocasión de saludarlo personalmente desde que asumió la corona pero sí lo saludé cuando era Príncipe. Espero poder saludarlo personalmente antes de mi pase a la reserva y dejar la Guardia Real.
¿Cómo son en las distancias cortas?
La fama de ‘campechano’ de D. Juan Carlos no es en vano. En las recepciones anuales o en algún otro momento en que la ocasión lo requería, D. Juan Carlos y todos los miembros de la Familia Real iban recorriendo la estancia departiendo con los corrillos que por unidades se habían formado. Lo hacían separados, no juntos, para así cubrir más espacio y maximizar tanto el saludo como el contacto con la mayor cantidad del personal. Era difícil no coincidir con uno o dos miembros de la Familia Real que después de los saludos se interesaban por tu destino dentro de la Guardia y comentaban con mucha cercanía algunos pormenores de tu actividad. D. Juan Carlos, era más abierto, más simpático, era difícil que no soltara alguna carcajada. Dª Sofía siempre muy atenta, amable, exquisitamente educada y expresión máxima del ‘saber estar’.
Felipe VI ha cambiado de estilo y es un poco más reservado. En las recepciones, que son más escasas, suele saludar y dirigirse al personal de forma colectiva y además estos momentos son más breves. Podría decirse que Felipe VI espacia estas recepciones con el personal de su Guardia Real a lo imprescindible para centrarse más en su trabajo de Jefe de las Fuerzas Armadas y Jefe del Estado.
¿Podía contarnos alguna anécdota?
En las cenas de gala ofrecidas a los mandatarios extranjeros en el Palacio Real, la Banda de Música damos un concierto en una sala contigua al comedor de gala separados por una puerta que permanece abierta todo el tiempo. Cuando terminaba la cena, también termina el concierto. Normalmente D. Juan Carlos solía pasar a la sala del concierto y nos felicitaba por la interpretación. El Rey emérito siempre decía cosas como “Cada día tocáis mejor” pero lo decía con el mismo entusiasmo que si se tratara de un simpatizante seguidor nuestro.
En una ocasión, en un día caluroso de verano estábamos dando el concierto y el calor era sofocante. Al finalizar el concierto vino a felicitarnos y se percató del calor que hacía allí y nos dijo “¡Uf! aquí tenéis mucho calor. Esto hay que solucionarlo”. Al concierto siguiente ya habían instalado unos aparatos de aire acondicionado portátiles, y al terminar el concierto, entró como otras veces y nos dijo “¡Ahora mucho mejor ¿nooo?!” y todos los músicos contestamos a una “Síiiii” y nos contestó con un gesto de victoria levantando los brazos con los puños cerrados al estilo de Fernando Alonso en el podio después de ganar una carrera. Las risas de todos se escucharon por todas las salas contiguas.
La última anécdota es de hace unos años durante el arriado solemne en el Palacio de la Zarzuela a la hora del ocaso. Vamos solo la mitad de la banda y una sección de soldados. Entre las autoridades están el Jefe de la Casa Real, el Jefe del Cuarto Militar y el Coronel Jefe del Regimiento de la Guardia Real, aparte de otras autoridades. En la mayoría de las ocasiones está presente el Rey o algún representante de la familia real. En cierta ocasión, D. Felipe vino acompañado de sus dos hijas, la Princesa Leonor y la Infanta Sofía con dos amigas más. Al terminar la ceremonia del arriado con el Himno Nacional y el toque de oración, ambas secciones se retiran al ritmo de una marcha efectuando un recorrido de menos de 100 metros para romper filas y subir a los autobuses para regresar a sus unidades. En ese momento nos percatamos que las cuatro niñas debían de haber seguido a la formación y se acercaron a la banda a interesarse por los tambores y los tocaron durante unos segundos.
Perteneces a una familia de músicos, ¿quién te animó a ser músico o si ha sido vocacional desde pequeño?
Vocación desde pequeño, no, pero ambiente musical o de músicos en casa, sí, de toda la vida. Mi padre ya era músico de la banda de Alfondeguilla antes de nacer yo. Por lo tanto desde pequeño veía por casa ese gran instrumento que es la tuba, pero no era el único. Mi tía Carmen vivía en nuestra casa mientras estuvo soltera y tocaba el acordeón. Y mi hermano mayor, Vicente, pronto ingresó en la banda con el clarinete. Después le siguieron Edilberto y Javier con la percusión. Me quedé el último porque no tenía interés por aprender música, pero un día estando jugando en la plaza con un grupo de amigos observamos cómo acudían a clases de música un grupo bastante numeroso de chicos y chicas y uno del grupo de amigos dijo algo así como “Vaya ambiente que hay en la música ¿nos apuntamos?” dicho y hecho. Ahí empezó todo. No se puede decir que fuera un comienzo muy vocacional. La vocación vino luego, cuando empecé a conocer la música.
¿Echas de menos la ‘terreta’?
Sí, por supuesto. En Alfondeguilla, aparte de nacer, es donde me he criado y he pasado mi niñez, he tenido los primeros amigos, he aprendido y vivido las experiencias típicas de esa épocay también alguna que otra travesura típica de esa edad. En Alfondeguilla vive mi madre y dos de mis hermanos, el tercero vive en la Vall d’Uixó.
Pero no sólo es la familia, es la banda de música y sus músicos, los ensayos y las actuaciones, es el pueblo, sus calles, sus casas, su gente, sus costumbres y tradiciones, y es su maravilloso entorno de la Sierra Espadán.
En definitiva, es todo. Todo se valora mucho más, hasta las cosas sencillas y aparentemente insignificantes porque no puedo disfrutar de ellas siempre que quiero. Además, un pueblo pequeño y tranquilo como Alfondeguilla es un contraste radical con respecto a una gran ciudad como Madrid y este cambio supone un bálsamo para contrarrestar el estrés que se puede generar en estas grandes urbes por las prisas, el bullicio, el tráfico o las aglomeraciones.
Cuando estoy en Alfondeguilla procuro disfrutar al máximo todo el tiempo que puedo, y un buen ejemplo puede ser un simple paseo tranquilo por el pueblo o sus alrededores.
¿Qué es lo que más te gusta de tu trabajo?
La Música. Estoy aquí por la música. Disfruto tocando o haciendo música, y no me estoy refiriendo solo a los conciertos, también disfruto en los ensayos, en la preparación de las piezas del repertorio. En cada momento es de forma distinta, pero en general disfruto cada vez que estoy tocando con el grupo y, lógicamente, siempre que las cosas estén saliendo bien, que no siempre salen las cosas como quisiéramos.
Todo lo demás, lo que es el destino en la Guardia Real, nuestras actuaciones en actos relevantes para España o para el ejército, ante personalidades, autoridades y representantes de muchas instituciones nacionales e internacionales, es un añadido bonito, deslumbrante a veces, y supone un complemento al disfrute con la música. Es un orgullo para mí el trabajo que estoy haciendo ¿a quién no le gustaría?
¿Cómo llegaste y cuándo a la banda de la Guardia Real?
Me presenté en la Guardia Real el 21 de septiembre de 1988. La banda de música se nutre de suboficiales del Cuerpo de Músicas Militares que están destinados y prestando sus servicios en las diferentes bandas militares de toda España. Todos suboficiales hemos hecho unas oposiciones para Suboficial músico del Cuerpo de Músicas Militares que forma parte de los Cuerpos Comunes de las Fuerzas Armadas y significa que pueden prestar sus servicios en cualquier ejército (Tierra, Armada, Aire, Guardia Civil o la Legión) ya que la música es común a todos los ejércitos.
Aprobadas las oposiciones, se pasa por la Academia de Suboficiales y la Escuela de Música de la Defensa para adquirir los conocimientos de carácter militar y cuando se supera este período se destina a cada suboficial a las vacantes que hubiera en las músicas según su especialidad instrumental y antigüedad en el escalafón. El ingreso en la música de la Guardia Real se hace por libre designación, y no por antigüedad como en las otras bandas. Cuando se crea una vacante de un instrumento concreto, se publica en el Boletín Oficial de Defensa y los instrumentistas de esa especialidad interesados en venir destinados a la Guardia Real piden la vacante mediante una instancia. Una vez cerrado el plazo de admisión, el Jefe y director de la Música hace la elección en base a la hoja de servicios de cada instrumentista dónde se reflejan aspectos relevantes de su trayectoria, participación en determinados eventos, cursos obtenidos, calificaciones anuales o correctivos y su elección se publica en el Boletín Oficial de Defensa. A los pocos días el nuevo componente se presenta en la Música de la Guardia Real.
Y así es cada vez que se produce una vacante, bien sea por pase a la reserva o porque un componente haya pedido destino a otra banda de música.
En mi caso debió de ser así. Solo sé que pedí la vacante y luego salí destinado a la Música de la Guardia Real, y hasta hoy.