Som Artesania del Gremio de Abaniqueros, y el Museu del Palmito de Aldaia, en Bonaire
La muestra, ubicada en el primer piso, consta de una selección de abanicos actuales artísticos y una antigua caladora manual para la confección del varillaje
El Centro Comercial Bonaire acoge la exposición temporal Som Artesania del Gremio de Maestros Abaniqueros de Valencia, con sede en Aldaia y así fue visitada por los representantes municipales y del centro comercial. La muestra, abierta en el espacio de “Las Terrazas”, ha sido organizada por Centro y producida por el Museu del Palmito de Aldaia (MUPA) en colaboración con el Gremio de Abaniqueros.
La exposición consta de una selección de abanicos artísticos actuales producidos por los siguientes artesanos: Abanicos Carbonell, Abanicos Andrés Pascual, Abanicos Artesanos, Ventall-Art, Abanicos VIFEMA, Abanicos Burriel, Di-Abani, SL, Abanicos Pina, Abanicos García, Abanicos Pascual, Abanicos Folgado Romeu, Abanicos Vibenca, Cavallers, 7, Vicente Vila, Abanicos Taberner, Abanicos Clavijo, y Marisa Ferrer Casaña.
En la exposición se puede observar, mediante paneles, el proceso de elaboración artesanal de los abanicos, integrados en la marca de calidad AEA (Abanicos Españoles Artesanos), con la que trabajan el Gremio de Abaniqueros.
Así pues, el visitante puede contemplar de forma amena las partes de que consta un abanico, cómo se fábrica el varillaje del abanico (calado, grabado y pulido) y los materiales más habituales que se utilizan en su elaboración; así como la confección del país de abanico (tela en semicírculo que se superpone al varillaje) con su entelado y pintado a mano, e incluso su acabado mediante el encaje o con orlas y flores.
Caladora manual de abanicos
La exposición también recoge una curiosa y antigua caladora manual de abanicos de la primera mitad del siglo XX, donada al MUPA por el calador Juan Parrilla Hervás. La máquina, que funciona con pedal, sirve para calar las varillas de los abanicos. El calado consiste en agujerear determinados puntos de cada varilla para pasar una fina sierra dentada (segueta) con la que, con sumo cuidado, se va recortando para conseguir espacios de luz que apoyarán al posterior grabado.
