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Por Ángel Padilla
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Por qué el poemario «La Bella Revolución» rompe con la poesía convencional humana

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    Por qué el poemario «La Bella Revolución» rompe con la poesía convencional humana- (foto 1)

    No es nada que no haya dicho ya, además en la obra este pensamiento se ve reflejado en muchos de sus poemas y secciones, el hecho de que “La Bella Revolución” es, enteramente, el primer libro de poesía que no engaña a las naciones animales, a los individuos animales, animales no humanos.

    Estamos, pues, ante una poesía que no parte de lo antropocéntrico, sino, más aún, que carga contra ello.

    Y ¿cómo lo hace? : Hablando en él los grandes torturados y burlados de la historia, y son billones: los animales no humanos, el resto de los animales, que hablan, cantan, lloran y se comunican desde la obra hacia aquí, y toda esta catástrofe, y todo este dolor, se derrama y se comunica, hacia aquí...

    ¿Es bonito, es algo con lo que me deba dar golpes de pecho, el hecho de haber dado a luz un libro así?

    En absoluto.

    Me preguntó la compañera en lucha Aurora Marcos, qué sentía cuando ya La Tortuga Búlgara había enviado a mi casa (directamente desde imprenta) el primer libro físico de la edición definitiva del libro de poesía más importante en mi producción poética, “La Bella Revolución”.

    Aurora sabe bien del libro, de sus complicaciones, complejidades, amaneceres y noches a lo largo del tiempo, porque Aurora, en este animalismo, es una de mis mejores amigas, entendiendo como amiga un concepto real y más amplio del que el humano común entiende sobre la amistad.

    En ese sentido, “La Bella Revolución” es un libro de amistad, amistad de verdad, amplia. No amistad sólo entre humanos sino expandida ya por fin hacia todos los seres, algo que no había ocurrido, al menos en poesía, hasta ahora. Por ello, no, no es alegre. No es dichoso ser partícipe de hechos como este, que no debieron haberse producido. Ni los hechos ni esta crónica veraz de los hechos.

    Algo parecido le dije a nuestra amiga Aurora Marcos, que el libro es maravilloso, la edición es preciosa. Creo que es de los libros más bonitos, en cuestiones de edición, primero, y luego por su interior, que he tenido entre las manos (sobre todo por su interior, claro está). ¡Pero qué dirás tú, bendito, si fuiste quien lo escribió!, me dirán algunos.

    Y no, ese es el misterio, uno de tantos, tan grande que encierra “La Bella Revolución”. Se ha hablado mucho en poesía de las musas, de la inspiración, de la otredad. Rimbaud mencionaba su posición como poeta, el individuo-poesía con su famoso “yo soy el otro”, en una carta a Georges Izambard, donde inicialmente dice “Quiero ser poeta y me estoy esforzando en hacerme Vidente: ni va usted a comprender nada, ni apenas si yo sabré expresárselo. Ello consiste en alcanzar lo desconocido por el desarreglo de todos los sentidos. Los padecimientos son enormes, pero hay que ser fuerte, que haber nacido poeta, y yo me he dado cuenda de que soy poeta. No es en modo alguno culpa mía. Nos equivocamos al decir: yo pienso: deberíamos decir me piensan -y Rimbaud concluye- YO es otro. Tanto peor para la madera que se descubre violín, ¡y mofa contra los inconscientes, que pontifican sobre lo que ignoran por completo!”

    Vidente. Eso fue. “El barco ebrio”, de Rimbaud, por poner un ejemplo, es uno de los poemas más hermosos de la poesía alucinada, surrealista (surrealismo antropocéntrico). ¡Pero yo te contesto Rimbaud y ojalá que me puedas oír, sé que me puedes oír, porque ahora estás entre los pájaros!: Ese “tanto peor para la madera que se descubre violín” es feo, es horrible. Tan horrible, hermano, como la frase de Baudelaire cuando expresó que la imagen más hermosa que prefiere de la naturaleza es encerrada y machacada en un frasco de compota.

    Ahí la tristeza, y la alegría. Cuando hablé con la amiga Aurora. Alegría de decir: hemos superado un ecuador de siglos, al fin los animales, al fin Natura es nombrada con respeto y no con sorna. Al fin el poeta desaparece, pero desaparece de verdad, para ser Quienes hablan a través de él. Y por fin, por lo dicho, muchos, muchas, millones hablan a través, de la mano, voz con voz con el poeta.

    Y el poeta no es nada. Poeta es como llamamos, desde “La Bella Revolución”, al tubo, megáfono, instrumento, por el que salimos para ser, de otra forma que lo son nuestros cuerpos, en el mundo humano. Ya que el mundo humano no nos quiere oír, escuchar, entender, decimos, dijimos, entremos desde uno de sus idiomas en sus casas, en sus iglesias, en sus calles y digamos nuestra existencia: nuestra verdad. Y si el libro, más tarde (como así será), se traduce a más idiomas, ¡tanto mejor para las hablas que el humano no quiere atender! Y si los poemas de la obra se convierten en canción, como ya muchos lo han sido, ¡ese es uno de los objetivos principales!

    Justo estoy hablando con Jane Di Franco, a quien le encantaría llevar a música y canción algún poema del libro. Esta mañana lo hablábamos, cuando lo lea decidirá qué cantar. Esta obra está hecha para ser cantada por cuantos más, mejor, cantantes y músicos. Es algo abierto, en constante y continua re-creación. Cuando vimos cantar a Jane Di Franco en alguno de los vídeos que cuelga en las redes, pensamos: Queremos que cante algo nuestro. Y ella por su lado, ¡misterio!, también lo sabía! Esta gran historia estaba escrita hace mucho tiempo... Esta bella reacción.

    El libro acaba de salir, con 368 páginas, con ilustraciones de Ipek Birced López de la Cuadra en el apartado “Canción del Sol”. Y con alguna que otra imagen aquí o allí, pocas, pero que dotan al conjunto de universo... ¡abierto! (Se creía, quizá, que íbamos a decir cerrado. Siempre con prejuicio, ah, siempre el humano anteponiéndose al hecho nuevo, animal-cliché. Hasta que bajes del tronco cortado como silla de rey y expreses, humano, soy animal, uno más, serás tan obtuso y letal, y loco para ti mismo, no loco en el sentido creativo sino destructivo, criminal).

    No, por cierto. “La Bella Revolución” es el libro no libro, se dice en sus páginas. Es la poesía no poesía. Porque se lee como un cuento. Como los cuentos antiguos. Narra de inicio a fin una historia, que a todos nos es familiar, porque en ella habitamos, aunque no hablemos de común de ella.

    ¿Qué historia?

    Uno contada por tantos autores que comenzar a enunciarlos nos llevaría meses...

    Ha caído un trozo de cielo cargado de voces, diría un niño con el libro en las manos (su portada es azul cielo, así se la pedí a la diseñadora, María Vera Avellaneda, quien para el diseño de portada me pidió un color y un concepto, que ella haría abstracto, pedí azul cielo -el que no ven los reos animales, y como concepto la cadena, útil represor más usado para aherrojar a los animales, por los verdugos humanos, incluso por los que se hacen llamar poetas).

    Ha caído un trozo de cielo cargado de vuelos.

    Y te pido a ti, lector, que lees esto, que acudas a tu librería y lo pidas, el libro. Para comenzar de verdad a cambiar el mundo. Entre todos. “La Bella Revolución” es uno de tantos artefactos naturales que están viniendo en esta época, pero hay más (búscalos, están en ti, están en todos).

    Hay un lugar, hay un espacio, hay unos seres, hay un “movimiento” que se está produciendo y es cada día más grande, en el que puedes, debes, estar tú, amiga, amigo.

    Ven con nosotras/os. Somos animales. A la mayor revolución. Ven como animal. Como dijo Scott Mackenzie en su canción “Flores en tu pelo”, “Si vas a San Francisco, asegúrate de llevar flores en tu cabello”.

    En “La Bella Revolución” se dice que “necesitamos gente que deje su casa […], necesitamos gente dispuesta a morir”.

    ¿A qué “morir” se refiere ese verso del libro? Quizá debamos replantearnos todos los conceptos aprendidos hasta ahora, porque sobre el concepto “vivir” se nos ha enseñado algo, bastante, y creemos las autoras de “La Bella Revolución” que ese “vivir” no satisface a la mayoría de la población mundial. Y si ese vivir ya es, como si dijéramos, algo parecido a un morir (o lo es por completo), cuando en el libro se nos dice que para avanzar en la bella revolución se necesita gente dispuesta a morir, ¿qué se nos está pidiendo? ¡Cosas sencillas! Imaginación y hechos, hechos e imaginación:

    “Necesitamos alguien con lengua de playa
    Necesitamos gente con pies de caballo
    Necesitamos amigos en esta noche”

    ¿Re-volvemos a “San Francisco” pero esta vez junto a nosotros, y no chafándolos, las niñas y niños a los que no se ha tenido en cuenta en ninguna de las más grandes revoluciones?

    All across the nation, such a strange vibration
    People in motion
    There's a whole generation with a new explanation
    People in motion, people in motion

    Gentle people with flowers in their hair

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