Xátiva recupera el retablo de San Miguel y Santa María Magdalena
La Diputación de Valencia ha financiado la restauración de la tabla con una subvención de 17.096 euros del Plan de Rehabilitación del Patrimonio Mueble de 2011
La pieza recuperada fue presentada en la Iglesia Colegial Basílica de Santa María con la asistencia de Alfonso Rus y María José Catalá
Los técnicos atribuyen el retablo a un encargo de los Borja en el siglo XV y formó parte de la Exposición Universal de 1929
Xàtiva ha recuperado el retablo de San Miguel y Santa María Magdalena con una subvención de 17.096 euros de la Diputación de Valencia, dentro del Plan de Recuperación del Patrimonio Histórico Artístico muebles del año 2011, y ya puede ser visitado en el Museo de la Iglesia Colegiata Basílica de Santa María.
Junto con el presidente de la Diputación de Valencia, Alfonso Rus, asistieron al acto la consellera de Educación, Cultura y Deportes, María José Catalá; la Directora General de Cultura, Marta Alonso; la Directora del Instituto Valenciano de Conservación y Restauración de Bienes Culturales, Carmen Pérez, y alguno de los concejales del Ayuntamiento de Xàtiva. El abad, Arturo Climent, mostró a los asistentes diferentes detalles de la Colegiata.
El Plan de Recuperación del Patrimonio Histórico Artístico de Bienes Muebles ha contado con una dotación de 1.920.708,47 euros entre los años 2007 a 2011 y está pendiente de adjudicarse el correspondiente a 2012.
Los trabajos de intervención en el cuadro han sido realizados por el Instituto Valenciano de Conservación y Restauración de Bienes Culturales (IVC+R), de la Generalitat Valenciana.
Obra del siglo XV
La tabla está datada a finales del siglo XV o principios del XVI, coincidiendo con el momento de gran esplendor de Xàtiva como centro cultural. A pesar de que llegó a formar parte del retablo de Santa Ana, de Joan Reixach, no guarda ninguna relación con el mismo. Los técnicos han atribuido su ejecución a un encargo de los Borja y más tarde fue exhibido en la Exposición Universal de Barcelona en 1929.
Este retablo medieval puede atribuirse al Maestro de Xàtiva por las líneas dulces de las caras de los santos, con una marcada forma ovalada.
La restauración del retablo
El retablo presentaba un estado de conservación poco adecuado, con importantes alteraciones en la tabla central y pérdidas que ponían en serias dudas su perdurabilidad futura. Según las técnicas del Instituto de Conservación presentaba “una pérdida total del estrato preparatorio y película pictórica, quedando a la vista el soporte de madera y la tela utilizada como sistema de refuerzo y protección del soporte”.
Como paso previo se llevaron a cabo una serie de estudios científicos, con una exhaustiva documentación fotográfica y un análisis de materiales y técnica. Una de las fases más complicada del proceso de restauración fue la reintegración cromática de las pérdidas de pintura de la parte inferior, la más deteriorada.
Este retablo es un magnífico ejemplo de cómo los elementos formales del Renacimiento quieren abrirse paso en una pintura aún de temática medieval, como así lo atestiguan los oros cincelados en los fondos, los brocados de las telas y las posturas de los personajes.